Análisis de riesgos 2015-2016
Desde la crisis financiera del 2008, de la cual ya han pasado 7 años, la economía global, sobre todo en países desarrollados, muestra señales de estabilidad con crecimiento sostenido, pero a un nivel más bajo de lo deseado. Sin embargo, existen inquietudes respecto a las posibles consecuencias negativas del instrumento principal de política económica empleada para superar esta crisis: el llamado “Unconventional Monetary Policy” (UMP). Este último ha consistido principalmente en la compra masiva de deuda soberana por parte de bancos centrales, y la reducción de los tipos de interés, en algunos casos a niveles negativos, donde el depositante tiene que pagar por la custodia de sus reservas.
Al respecto, existen los siguientes riesgos vinculados a los posibles efectos negativos, resultado de la UMP:
- En primer lugar, las tasas tan bajas representan un desincentivo para que los gobiernos reduzcan su nivel de deuda. Desde el 2008, según un reporte de McKinsey, la deuda global ha aumentado en un 33.0% y hoy por hoy representa el 199.0% del PIB global contra el 142.0% en 2007. La deuda pública de los 15 países europeos miembros de OECD es de 108.0% del PIB. Sin embargo, su costo financiero anual es de sólo 2.2%; un costo tan bajo que muchos de esos países prefieren renovar que reducirla.
- La segunda de las consecuencias es que las tasas bajas contribuyen a que los gobiernos pospongan las reformas estructurales necesarias para elevar la productividad. En muchos países existe la necesidad de rebalancear y reasignar recursos empleados en forma ineficiente. Estas reformas y la productividad consecuente deben ser el catalizador del crecimiento, en vez de mantener balances inflados (los elevados niveles de deuda comentado en el párrafo anterior) con base a dinero abundante y barato.
- En tercer lugar, existe el riesgo de que las valuaciones de activos financieros y similares como bienes raíces, se distorsionen, porque no solo están ya en función de las fuerzas económicas fundamentales normales, sino también de la política monetaria. Las tasas bajas conllevan a una apreciación incorrecta del riesgo. Es probable que en los precios de bonos gubernamentales europeos y americanos no se esté considerando el riesgo por el mayor nivel de deuda comentado y, en busca de retornos mayores, va en aumento la inversión en mercados de más riesgo, como el de renta variable. En este contexto, el peligro es que algún día los inversionistas pierdan la confianza en estas valuaciones infladas, se retiren en masa, provocando una precipitación en precio, en cuanto observen un cambio importante en el UMP.
De lo anterior, se destacan algunas importantes consideraciones económicas a tomar en cuenta:
- Las tasas de interés tan bajas también trastornan el modelo de negocios de los intermediarios financieros: sobre todo los bancos, compañías de seguros, fondos de pensión y fondos de mercado de dinero. Si las tasas bajas y negativas no son traspasadas a los depositantes (que los bancos paguen más de lo que reciban) la rentabilidad de los bancos puede verse seriamente afectada, y se trunca la posibilidad de transformación de dinero de corto a largo plazo necesaria para la función crediticia de bancos. Ante tasas tan bajas los ahorradores retienen su efectivo y, junto con la revolución digital, pueden buscar monedas virtuales alternativas (bitcoin), que conduce al peligro de desintermediación financiera. Peor todavía, con las tasas negativas actuales, las compañías de seguros y fondos de pensión se verán en gran dificultad para enfrentar compromisos y contingencias futuras de pagos fijos a sus beneficiarios.
- Con la continuidad de la UMP, existe un riesgo de deterioro de la credibilidad de los bancos centrales, ya como se ha podido apreciar, las economías no responden al estímulo de tasas de interés más bajas, y los mercados financieros pierden la confianza en la capacidad de la política monetaria para la creación de empleo, aumento/reducción de la inflación y el crecimiento económico.
- En los países donde se ha aplicado la UMP, el crecimiento ha sido anímico, y parece más bien que esta política monetaria actual está subordinada a las exigencias de mantener los mercados financieros boyantes; de presionar hacia abajo los tipos de cambio (el Euro y el Yen), y de mantener también bajos los costes financieros de una creciente deuda pública. No es extraño que los mercados financieros estén tan contentos con ésta política y mantiene la expectativa de que continúe así, ya que existe el temor de que en cuanto esta política monetaria cese, los precios de los activos financieros se colapsen.
La recomendación del BIS, considera que las autoridades monetarias deben poner más atención al ciclo crediticio, en vez de estimular el ciclo económico y el de los negocios. Ha aumentado gradualmente una burbuja de crédito y de bienes y raíces, en varios países desarrollados, y se teme que de continuar las tipos de interés ultra-bajos, se puedan crear otras burbujas financieras en los mercados de renta variable, deuda de países emergentes, etc. Sobre todo, que el nivel de deuda global se vuelva insosteniblemente alto. El crecimiento de años recientes, en base a la deuda, debe sustituirse por un crecimiento centrado en las reformas estructurales, la innovación y la productividad. Fuente: Los riesgos y peligros en el actual entorno económico global.
Relacionado con lo anterior, se presenta un gráfico tomado de How will emerging markets weather Fed tightening?, muestra el grado de reformas estructurales realizadas por las economías emergentes:
Países que se muestran en el gráfico: India (IN), China (CN), México (MX), Korea del Sur (KR), Turquía (TR), Indonesia (ID), Polonia (PL), Rusia (RU), Brasil (BR) y Sudafrica (ZA). Como se puede apreciar claramente, estos tres últimos países se están quedando a la cola del resto de las economías emergentes. Lo que podría suponer un aumento a la exposición del riesgo global en caso de un nuevo colapso financiero.
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