Disrupción innovadora: los casos de Nokia y Blackberry

La vida breve de los gigantes tecnológicos: La longevidad de las empresas se acorta porque dependen cada vez más de una ‘disrupción innovadora’. Nokia o BlackBerry, víctimas del iPhone, han sufrido esta decadencia prematura

Lo cierto es que los ciclos de las empresas tecnológicas son mucho más cortos que los de las corporaciones tradicionales: las pendientes de su valor en Bolsa, tanto de ascenso como de caída, son mucho más pronunciadas. En 2009, en el momento de su apogeo tras sacar al mercado su gama de terminales Bold, BlackBerry valía en Bolsa 49.000 millones de dólares (36.260 millones de euros). Desde entonces ha perdido el 90% de su capitalización y hoy vale menos de 3.000 millones de dólares (2.220 millones de euros) y está en busca de comprador / salvador.

Nokia ha tenido una historia muy similar, con el añadido de que su caída se ha convertido en símbolo de la decadencia tecnológica europea. En 2007, vendía la mitad de los móviles del planeta. Su capitalización llegó a los 200.000 millones de euros, superando a la de cualquier otra empresa del Viejo Continente. Hoy sufre una anemia crónica, con ventas y resultados a la baja. Microsoft acaba de comprar la división de móviles de la multinacional finlandesa por unos escasos 5.440 millones de euros.

Le llaman innovación disruptiva, un cambio tecnológico no necesariamente revolucionario, pero que trastoca para siempre los hábitos de los consumidores. No tiene tampoco por qué responder a una necesidad real como los grandes inventos industriales. El alumbrado eléctrico, los automóviles e incluso Internet pertenecen a esta última categoría de progreso. Supusieron saltos en la ciencia y en la civilización. Difícilmente a WhatsApp, Amazon o el MP3 se les puede otorgar ese rango. Al fin y al cabo ya existían los correos electrónicos, los SMS y los walkman antes de que naciera la mensajería instantánea o los reproductores de música digitales. Y Amazon no deja de ser una versión web de la venta por catálogo. Y, sin embargo, todos ellos han cambiado la forma de relacionarnos y de consumir.

“La longevidad media de las empresas se ha dividido por tres en los últimos 50 años (de 60 a 20 años) como consecuencia precisamente de las disrupciones tecnológicas, en especial de la revolución digital de los últimos 10 o 15 años, y del acortamiento de los ciclos de innovación. Estos dos factores, que han permitido la aparición de gigantes del sector tecnológico, son los mismos que someten a este sector a un dinamismo (surgimiento y muerte de empresas) mayor que en sectores más establecidos”

El gurú sobre el que se apoya esta teoría es Richard N. Foster, un analista que ha actualizado el concepto de destrucción creativa del economista Joseph Schumpeter, consistente en que la aparición de nuevos productos y modelos de negocios destruye otros existentes que se han quedado obsoletos, así como a las empresas que los fabrican.

Foster estima que cuando las corporaciones alcanzan determinado tamaño tienden a dejar de innovar y son devoradas por otras nuevas, en un proceso que se está acelerando cada vez más. Para apoyar su teoría utiliza datos empíricos. La longevidad media de las empresas en el S&P 500 —el índice que incluye a las 500 empresas más valiosas que cotizan en EE UU— era de 61 años en 1958, se redujo a 25 años en 1980, y ahora es ya solo de 18 años, según pone de manifiesto en su último informe La destrucción creativa azota la América corporativa, para la consultora Innosight.

Fuente: Innosight / Richard N. Foster / S&P.

Según Foster, la vida útil de una compañía está determinada por el equilibrio de tres imperativos de gestión: la ejecución de operaciones de manera eficaz; la creación de negocios que cumplan con las necesidades del cliente y descartar los negocios que aunque en el pasado fueran la línea principal de ingresos ahora ya no cumplen los estándares de crecimiento y retorno de beneficios.

El elemento disruptivo que causó la agonía de Nokia fue el iPhone, el aparato con el que Apple se estrenó en la telefonía móvil en 2007. No era el primer teléfono táctil (HTC lo había sacado antes) y las redes aún no estaban preparadas para explotar todas sus funcionalidades; pero desató el fervor de los consumidores, incluyendo los de aquellos que no podían vivir sin su sencillo Nokia 1100, que entonces era aclamado como el aparato más vendido de la historia, por encima de la videoconsola PlayStation de Sony o el reproductor iPod de Apple.

Nokia minimizó la importancia de la aparición del iPhone. Otros, como Steve Ballmer, el consejero delegado de Microsoft, se limitó a despreciarlo: “¡500 dólares! Es el teléfono más caro del mundo y no vale para hacer negocios porque ni siquiera tiene teclado y no es útil para enviar e-mail. Nosotros vendemos millones de teléfonos al año. Apple no vende ninguno. Veremos cómo le va en la competencia”.

La risotada de Ballmer le ha costado cara. Solo en lo que va de este año Apple ha vendido 150 millones de iPhone y gracias a este y otros productos rompedores (iPad), la marca de la manzana se ha convertido en la más valiosa del mundo, superando en 200.000 millones de dólares (148.000 millones de euros) de capitalización a Microsoft. La compañía fundada por Bill Gates se ha mostrado incapaz de introducir su sistema operativo, líder en los PC, en los móviles para hacer frente al Android de Google y al iOs de Apple, dominadores absolutos del mercado.

Pero Apple tampoco es inmune a esa obsolescencia (no programada) de las firmas tecnológicas. Su liderazgo empieza a proyectar sombras. Si para hacer frente a su iPhone sus rivales han necesitado cinco años, su tableta iPad ha perdido la mayoría del mercado en tres años y ahora detenta una cuota del 46%. En el último año, la coreana Samsung, su máximo rival, ha ganado dos puntos de cuota en los smartphones (teléfonos inteligentes) hasta alcanzar el 35,2%, mientras que la firma que fundara Steve Jobs ha perdido más de dos puntos y ya solo tiene el 13,4%. En el último trimestre su beneficio cayó un 8,6%, mientras que el de la coreana subió un 25,4%. ¿Sufrirán Google y Apple el mismo destino que Nokia?

¿Cuáles son las diez compañías que dominan Internet?

Una infografía realizada por el portal Statista (especializado en estadísticas de Internet) muestra las 10 compañías que dominan la Red en la actualidad, ordenadas según el número de visitantes recibidos en el pasado mes de julio. La infografía se elaboró a partir de los datos recabados por un estudio de la empresa de mediciones de Internet comScore.

La información, publicada por el portal Mashable, muestra que Google es el líder mundial en este campo, con 1.209 millones de visitantes a sitios web de su propiedad, seguido por Microsoft, con 878 millones de visitantes, y Facebook, con 797 millones de visitas en el mismo mes. 

Yahoo aparece en cuarta posición, con 725 millones de personas que visitaron páginas de esta empresa en el mes de julio de 2013. Por su parte, la fundación Wikimedia recibió 492 millones de visitas en ese periodo, ocupando el quinto puesto en la clasificación.

Las otras cinco compañías que completan la lista de las diez empresas que dominan Internet son, por orden de importancia, Amazon.com, Baidu, Tencent, Alibaba y Sohu.com.

Gráfico: Actualidad RT

Finalmente, “eBay puede impulsar la exportación”.

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