Citas Stranger in a Strange Land (Forastero en tierra extraña) de Robert A. Heinlein

“Hermes: He inventado algo para vuestro reino terrestre a lo que he llamado libro.
El esquema de todas las historias está dentro de este tomo. ¡Todos los relatos que existen, existieron o existirán!
Tomad el libro, colocadlo en vuestro mundo recién creado. ¡Luego, cuando la vida surja, tendrá sentido!
¡Contendrá historias, villanos, monstros, héroes! ¡El libro es el modelo que hace tales cosas posibles!
Démeter: ¿No es peligroso?
¡Claro que es peligroso! ¡Esta hecho de lenguaje, igual que yo!
Como yo, es peligroso y alegre. Como yo, es divertido, listo y bastante irresistible”
 
Alan Moore – Judgment Day
Autor de V de Vendetta, From Hell, Watchmen y Batman: Killing Joke, entre otros.


En un post anterior mostraba un caso sobre "la censura en los libros en la España de Franco", basado en la anecdota que se relata en el posfacio del libro de Robert A. Heinlein "Strange in a strange land" (Forastero en tierra extraña).

Dicho libro, fue censurado en su época, y aquí les dejo algunas citas que en lo personal, han sido las que más me han gustado del libro y de ellas, se puede apreciar porqué se censuro (política, religión, etc.):

Soberanía

"Muchos años antes había visto a un miembro de la tribu en vías de extinción de la realeza ―una reina reinante― asistir a un desfile, y había observado que la dama real se inclinaba después de la interpretación del himno: es decir, había reconocido el saludo que se ofrendaba a su propia soberanía.
Pero la cabeza visible de una democracia escucha el himno de su nación como un ciudadano cualquiera; no es ningún soberano."


Los lambiscones de los políticos

"En el país volante de Laputa, según el diario de Lemuel Gulliver que cuenta sus Viajes a varias remotas naciones del mundo, ninguna persona de importancia escuchaba o hablaba nunca sin la ayuda de un sirviente, conocido como «climenole» en laputiano…, o «palmeador» según su traducción aproximada al inglés, puesto que la única misión de este criado consistía en palmear con una vejiga seca la boca y las orejas de su amo siempre que, en opinión del sirviente, no fuera deseable que su amo hablase o escuchase.
Sin el consentimiento de su palmeador era imposible conseguir la atención de ningún laputiano de la clase dirigente.
La importancia de un personaje público podía estimarse por el número de capas de intermediarios que lo aislaban del contacto directo con la multitud plebeya. No eran llamados «palmeadores», sino ayudantes ejecutivos, secretarios particulares, secretarios de los secretarios particulares, secretarios de prensa, recepcionistas, funcionarios, etc. De hecho, los títulos podían ser cualesquiera…, o ―con algunos de los más poderosos― no tener ningún título en absoluto, pero todos podían ser identificados como «palmeadores» por su función: cada uno detentaba un veto arbitrario y concatenado sobre cualquier intento de comunicación del mundo exterior con el Gran Hombre que era el superior nominal del palmeador."


Deber/esperar gratitud de los demás

"—Siéntese…, y por el amor de Dios, deje de intentar ser tan desagradable como yo; le faltan mis años de práctica. Ahora déjeme poner una cosa en claro: no están en deuda conmigo. Es imposible tal cosa, porque yo nunca hago nada que no quiera hacer. En realidad no lo hace nadie, pero en mi caso es distinto porque yo siempre me doy perfecta cuenta de ello. Así que por favor no invente una deuda que no existe, o antes de que se dé cuenta estará intentando sentir gratitud…, y ése es un traidor primer paso que desciende hasta la completa degradación moral. ¿Lo asimila? ¿O no?"

Actuar en el momento

"Smith había vuelto a su actitud de espera pasiva. Sin entender de que iba todo aquello, sólo había hecho lo mínimo de lo que tenía que hacer. Pero había visto armas de fuego antes, en manos de los hombres, y la expresión del rostro de Jill, al verse encañonada por una de ellas, no le gustó en absoluto. Asimiló que aquel era uno de los puntos críticos culminantes en el proceso de desarrollo de un ser, en el que una actitud contemplativa debe de dejar paso a la acción directa a fin de que el desarrollo continúe. Actuó."

Religión

"Si Dios existía (una cuestión respecto a la cual Jubal mantenía una meticulosa neutralidad intelectual), y si deseaba que le adorasen (una proposición que Jubal consideraba inherentemente improbable pero concebiblemente posible a la débil luz de su propia ignorancia), entonces (estipulando afirmativamente las dos proposiciones anteriores) resultaba muy inverosímil para Jubal, hasta el punto de la reductio ad absurdum, que un Dios con el suficiente poder como para crear galaxias pudiera dejarse influir e inclinarse hacia las idioteces a grito pelado que los fosteritas le ofrecían en calidad de «adoración»."

Riqueza

"—Un poco más de dinero no le haría ningún bien, porque las hijas pueden gastar siempre un diez por ciento más de lo que un hombre es capaz de ganar en el ejercicio de su ocupación normal, no importa la cantidad. Es una ley de la naturaleza ampliamente experimentada, pero hasta ahora no enunciada, que a partir de este momento puede ser conocida como la «Ley de Harshaw». Pero, capitán, la auténtica riqueza, a tal escala que exige que su propietario alquile toda una batería de maquinadores para mantener bajos sus impuestos, le haría encallar con la misma certeza que la dimisión.
—¿Por qué debería? Lo invertiría todo en acciones y me dedicaría a cortar los cupones.
—¿Lo haría realmente? No, no si perteneciera usted a la clase de los que empiezan por adquirir desde el principio una gran fortuna. El dinero en grandes cantidades no es difícil de conseguir. Lo único que exige es toda una vida de obcecada devoción a adquirirlo y a hacerlo crecer en más dinero, con absoluta exclusión de todos los demás intereses. Dicen que la época de las oportunidades ha pasado. ¡Tonterías! Siete de los diez hombres más ricos de este planeta empezaron su vida sin un centavo, y hay montones de otros que están medrando en su camino hacia arriba. Esa gente no ha sido detenida por los altos impuestos, ni siquiera por el socialismo; simplemente se adaptan a las nuevas reglas y finalmente las cambian. Pero ninguna primera bailarina trabaja nunca tanto ni tan afanosamente como un hombre que adquiere riquezas. Capitán, ése no es su estilo; usted no quiere hacer dinero, usted simplemente desea tener dinero a fin de gastarlo."


Sexo

"según su informe, que el sexo es una forma de ser felices juntos. Hasta aquí estoy de acuerdo con Mike: el sexo debería ser un medio hacia la felicidad. Lo peor acerca del sexo es que lo utilizamos para hacernos daño los unos a los otros. Jamás debería hacer daño; sólo debería traer felicidad o, por lo menos, placer. No hay ninguna buena razón por la cual debería ser menos que eso.
»El código dice: No desearás la mujer de tu prójimo. ¿Y el resultado? Castidad reluctante, adulterio, celos, amargas peleas familiares, golpes y a veces asesinatos, hogares deshechos y niños traumatizados…, pequeñas insinuaciones furtivas en los bailes de los clubes de campo y lugares así, que degradan tanto a la mujer como al hombre, se consumen o no. ¿Se obedeció alguna vez esa prohibición? Me refiero al mandamiento de «no desear». Me lo pregunto. Si un hombre me jurara sobre un montón de sus propias Biblias que se había abstenido de desear la mujer de su prójimo porque el código se lo prohibía, me atrevería a suponer que es un tipo que se engaña a sí mismo, o un subnormal sexual. Cualquier hombre lo bastante viril como para procrear ha codiciado muchas, muchas mujeres, tanto si ha hecho algún avance al respecto como si no lo ha hecho.
»Y ahora llega Mike y dice: No es necesario que desees a mi mujer. ¡Ámala! Su amor no conoce límites, todos lo tenemos todo por ganar, y nada que perder excepto el miedo y el pecado, el odio y los celos. Esta proposición es tan ingenua que resulta increíble. Por todo lo que yo recuerdo, sólo la precivilización de los esquimales fue alguna vez tan ingenua…, y sus miembros estaban tan aislados del resto de nosotros que casi podrían ser calificados como «hombres de Marte». Sin embargo, pronto les transmitimos nuestras virtudes y ahora, en vez de su alegre compartir, tienen la misma castidad y el mismo adulterio que el resto de nosotros. Me pregunto qué salieron ganando."


Hay una serie de conceptos claves muy interesantes que se desarrollan a lo largo de la obra: testigo honesto, asimilar e incorrección.

La novela es buena y posee un juego semántico interesante, a mucha gente le gusta la primera parte, pero no así, la parte final del libro, probablemente sea porque no logran asimilar al final la obra.

"Soy todo lo que asimilo"
- Valentine Michael Smith

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