El futuro político en México

Después de una bajada en la continuidad en los post debido a un efecto vacacional, me reincorporo con algunos aspectos, como las elecciones presidenciales en México, las cuales fueron celebradas el 1 de julio del presente año, donde gano el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, y que a día de hoy, el candidato del PRD, Andres Manuel López Obrador pide el recuento de los votos.

Sobre el futuro político, y por tanto, económico en México, usare como fuentes, 3 artículos publicados el 30 de junio por el periódico El País, primeramente en "La restauración de la vieja derecha revolucionaria", donde nos ofrece un perfil de Peña Nieto, seguido del perfil de los mexicanos, para finalmente hablar de los retos políticos que se harán presente este sexenio (2012-2018):

Perfil político de E. Peña Nieto y de los mexicanos

Es difícil ubicar a Enrique Peña Nieto en este espectro político: su rancia retórica y algunas de sus propuestas (como la eliminación de la proporcionalidad en los procesos de representación) lo colocan en el extremo duro y antiguo. Pero varios políticos clave de su entorno político pueden ser calificados como operadores del ala tecnocrática flexible dispuesta a aceptar las reglas del juego democrático.

Vicente Fox, un personaje curioso y patoso que logró convertirse en el representante de la derecha democrática y ganar la presidencia. 

Como en el resto de América Latina, la democracia llegó a México por la derecha. Y hay que subrayar que desde entonces la mayor parte de los ciudadanos se ha definido como de derecha. Una encuesta nacional de valores (auspiciada por la revista Este País) mostró que en 2010 se declaraba conservadora la gran mayoría (54 %) y sólo una quinta parte manifestó ser progresista (el 26 % se colocó en un lugar intermedio). Otra encuesta más reciente, hecha por el diario Reforma en junio de 2012, revela que casi la mitad (46 %) se considera de derecha, el 22 % de centro y apenas el 14 % de izquierda.

Post del día viernes, 13 de noviembre de 2009: México un país de extrema derecha.

En este contexto, el retorno del PRI representa un serio peligro de restauración. Habrá una presidencia apuntalada por más de veinte gobernadores priistas, por organizaciones sindicales muy poderosas, por los monopolios de la televisión, por amplios sectores empresariales y por un elevado número de senadores y diputados. Este conglomerado puede convertirse en una poderosa maquinaria política que, acorazada por grupos corruptos, empuje al país más por el camino de una restauración al estilo ruso que por un retorno a la hegemonía del viejo aparato nacionalista revolucionario.

El político mexicano parece un galán escapado de una telenovela y dedicado a la burocracia.

El futuro político en México, la lucha de poderes

Pero, afortunadamente, también están presentes otros factores, como por ejemplo las profundas fracturas en el seno del PRI, un nacionalismo endeble y debilitado, una sociedad civil alerta y vigilante, una extensa intelectualidad hostil al PRI, algunos medios de comunicación críticos e independientes, la presencia de partidos políticos fuertes y un contexto internacional poco amigo de las soluciones autoritarias. Todo ello se aúna a la existencia de dispositivos que garantizan la pluralidad y un juego electoral transparente y efectivo. Estos elementos pueden impedir que la restauración desemboque en formas duras o al menos frenar las tendencias más autoritarias.

Otro freno de gran importancia podría ser –cosa probable– el hecho de que el PRI ganase con un porcentaje menor al que prevén muchas encuestas, y que en consecuencia careciese de mayoría absoluta en el poder legislativo. Ello abriría las puertas a un período de intensas negociaciones que permitiría que las fuerzas políticas perdedoras demostrasen su habilidad y su inteligencia para sobrevivir y, sobre todo, para defender los logros de la transición democrática.

Desgraciadamente ello no ocurrió durante el sexenio que termina, pues ni el PRI ni los populistas de la izquierda comprendieron la importancia de ejercer una oposición de alto nivel, más allá de sus intereses electorales coyunturales. La calidad de los partidos políticos se demuestra muchas veces más en su desempeño como oposición que en su ejercicio del poder. La izquierda se empeñó en vanos y absurdos esfuerzos por crear una crisis de gobernabilidad, para derribar la presidencia de Felipe Calderón. No lo logró, y sí en cambio logró un desgaste inmenso que rebajó su fuerza electoral. El PRI como oposición, por su lado, bloqueó toda reforma importante (energética, hacendaria, laboral) para no dar fuerza y legitimidad al partido gobernante. Logró desprestigiar al PAN y avanzar electoralmente a costa de retrasar el desarrollo del país.

Esto significa que sobre los partidos que queden en la oposición recae una gran responsabilidad. Ellos podrán frenar o incluso impedir que la restauración del poder priista se convierta en una pesadilla política.

Autor: Roger Bartra, antropólogo y sociólogo mexicano, es investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En "El reto de la desigualdad en México" se plantean cifras económicas reales como:

La pobreza afecta a 52 millones de mexicanos, el 42% de la población, mientras que el 41% de la riqueza nacional está concentrada en las manos de tan solo el 10% de sus habitantes. El crecimiento ha sido mediocre –este año se prevé un 3,8% pero la media anual desde 2006 fue de tan solo un 2,3% del PIB, muy por detrás de las economías emergentes que lo hacían al 6,5%-, ha aumentado el número de pobres en 12 millones, se ha expandido el sector informal que emplea a 14 millones de mexicanos –casi el 30% de la población activa, lo que supone un récord histórico- y se ha mantenido la concentración del mercado en manos de los monopolios. En el lado positivo hay que destacar que el Gobierno de Calderón sorteó en 2009 una gravísima crisis y que prepara su despedida con estabilidad financiera, enormes reservas y bajas tasas de inflación, deuda y déficit.

La guerra contra el narcotráfico, un conflicto que además de su coste en miles de vidas humanas ha tenido también su impacto económico. Diversos estudios privados lo cifran en una pérdida cercana al 1,5% del PIB, principalmente en el sector turístico, pues la inversión extranjera se ha mostrado a prueba de balas y ha seguido fluyendo.

El futuro económico de México dependerá en gran medida, del comportamiento de la economía de Estados Unidos y de la crisis económica global. Pero una desaceleración del gigante del norte y el agravamiento de la crisis europea tendrían serias consecuencias para este país a corto plazo. De hecho, la emigración a EE UU se frenó por primera vez en 2011 y las remesas de los casi 12 millones de mexicanos que viven al otro lado del Río Grande suponen 24.000 millones de dólares.

Pese a estos retos e incertidumbres, la economía ha sido uno de los grandes temas olvidados de la campaña. Los candidatos a la presidencia han convertido sus programas electorales en una suerte de carta a los Reyes Magos prometiendo pensiones para todos, seguridad social universal, bajar el precio de la luz y los carburantes, la generalización de los créditos para vivienda, la creación de millones de empleos e incluso llevar fibra óptica hasta el último rincón del país sin explicar cómo lo van a financiar. Asimismo han repetido de forma rutinaria la urgencia de hacer las reformas energética, fiscal y laboral siempre aplazadas sin entrar en detalles.

El Reto:

Fausto Hernández, director de la división económica del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), afirma que el principal problema que se encontrará el futuro presidente será presupuestario. “Como cada sexenio casi el 90% del presupuesto está ya comprometido salvo que se haga una profunda reforma estructural para fomentar la competitividad. Sin ella, todas las promesas de campaña deberán pagarse con el 10% restante y no alcanza”. La falta de competitividad por las barreras aún existentes a nuevos competidores internos y externos y la ausencia de infraestructuras modernas así como la caída de la productividad por un sistema educativo deficiente son, en opinión de Hernández, los principales desafíos que la economía mexicana debe afrontar si quiere ganar la batalla de la desigualdad.

Finalmente, en "La izquierda confía en su fuerza en Ciudad de México" nos habla sobre el perfil político y social en el Distrito Federal, una de las ciudades junto a Nueva York y Tokio, de las más grandes del mundo, soy testigo que lo que se menciona aquí es verdad sin lugar a duda, hoy en día el D.F. es de mis ciudades favoritas:

La capital siempre ha sido un punto de contraste con el resto de México. Inseguro, de caóticas y saturadas calles, sobrepoblado y contaminado. Así se le veía hace tres décadas. Hoy es considerado un ecosistema que se distingue de otros polos de desarrollo del país porque no ha sido secuestrado por los criminales como Nuevo León, ni vive los sobresaltos de inseguridad que azotan Jalisco. Es una ciudad ajena, al menos en apariencia, al clima de violencia sin control que ha arrasado Michoacán, Veracruz, Guerrero, Sinaloa e incluso regiones del vecino Estado de México. Un país aparte, donde además es legal el aborto hasta la semana 12 de gestación y se permite, desde 2009, el matrimonio homosexual.

Este clima social se inició en la elección de Cuauhtémoc Cárdenas como jefe de Gobierno en 1997. El sello de la izquierda creció con los programas sociales a favor de los más pobres, impuestos por Andrés Manuel López Obrador (2000-2005). El actual alcalde, Marcelo Ebrard, ha mejorado los transportes, inaugurará una nueva línea del metro y ha impulsado la recuperación de los espacios públicos. Su éxito final ha sido saber elegir al candidato sucesor. Mancera, un fiscal de trato afable que sobrevivió a varios errores profesionales en la época en que descendía la criminalidad en la ciudad, ha tenido una campaña triunfal gracias también al desastre de los dirigentes locales del PAN y del PRI, que erraron en la selección de sus candidatas.

“Hay varios factores que ayudan a la izquierda. Las buenas calificaciones de Ebrard como gobernante lo convierten en un administrador respetado incluso por sus adversarios. Y Mancera se presenta como candidato ciudadano y no ha tenido problema para situarse en niveles históricos de preferencia electoral, en gran parte por su trabajo como fiscal. Los dos últimos años antes de su nominación, era el funcionario mejor calificado del gabinete de Ebrard”, explica el periodista Raymundo Riva Palacio, director del diario 24 Horas.

La verdad, que las 3 notas no tienen desperdicio alguno y me parecen de lo más interesantes, recuerden que yo solo hago un resumen, en lo que a mi parecer considero lo más relevante.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Hemos llegado aquí porque los partidos políticos no representan a sus votantes.

Decía Fernand Braudel que el capitalismo, “ privilegio de unos pocos “ , es impensable sin la complicidad de la sociedad; y añadía, “ si la actual crisis tiene algo de quiebra moral de las élites capitalistas es porque han llevado los valores del capitalismo a unos límites imposibles de aceptar”.

Las revoluciones del 68 abrieron la transición liberal. En aquel momento se inició el desmontaje de unos sistemas caducos para la juventud. La actual crisis económica en Europa, Estados Unidos y México, es una reacción de las apuestas endogámicas de corte étnico que crecieron bajo el amparo del discurso multicultural, – el mundo es más pequeño – y una aceleración del tiempo. El dinero, las mercancías y las ideas van de punta del planeta con rapidez y a bajo costo. El dinero se ha convertido en un mensaje en e-mail.

Los discursos sobre la insostenibilidad del planeta y sobre el calentamiento global, con toda su parafernalia ideológica, han contribuido a dibujar un horizonte oscuro y sórdido, un mundo sin futuro para las jóvenes generaciones.

La revolución conservadora americana: la reaganiana, la bushiana, la calderonista, ha configurado una cultura en que en las sociedades ( el pueblo no existe ), el “ líder “ es el que está más capacitado para sacar rendimiento de las personas, no arriesga su dinero sino el de nuestros impuestos; ejemplos tenemos muchos, bajo el mandato de Calderón la administración mexicana dió carta de naturaleza legal a la matanza masiva con el pretexto de las drogas, mandó a las calles al ejército y a la marina; recortó presupuesto a la educación y al campo, a las medicinas, a la investigación científica, a las becas y a todo para armar su bunker.

Colofón: Acabamos de salir de un franquismo tropical.El gobierno en turno del PRI, debe gobernar diferente, ¿realmente aprendió de su derrota ?

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