Estudios actuales de análisis económico mundial

Hoy traigo 4 publicaciones del "Blog Diálogo a fondo" del Fondo Monetario Internacional (FMI)

I


Hoy en día hay más de 200 millones de personas desempleadas en todo el mundo, hay quienes sostienen que era de esperar que esto sucediera dado que la economía sigue registrando una evolución muy inferior a la tendencia e insisten en que es necesario aplicar una mayor distensión de las políticas macroeconómicas (por ejemplo, Krugman, 2011 y Kocherlakota, 2014). Otros indican que las pérdidas de empleos, particularmente en países como España e Irlanda, han sido demasiado fuertes para explicarlas por la evolución del producto y pueden obedecer en gran medida a problemas estructurales de sus mercados laborales. Incluso en Estados Unidos, donde las tasas de desempleo cayeron el año pasado, existe la preocupación de que cada vez más gente esté abandonando la fuerza laboral y, por lo tanto, generando una disociación entre empleo y crecimiento.

Sin embargo, en nuevos estudios que he realizado con Laurence Ball y Daniel Leigh observamos que el vínculo entre el crecimiento del producto y el crecimiento del empleo se confirma firmemente en la mayoría de las economías avanzadas.

En promedio, en las 20 economías avanzadas que estudiamos, un aumento de 1 punto porcentual en el crecimiento del producto da origen a un aumento de ½ punto porcentual en el crecimiento del empleo. Este vínculo entre empleo y crecimiento, denominado coeficiente de Okun, varía en función de los países, y oscila entre valores elevados de 1,5% para España y 0,7% para Irlanda a valores bajos de 0,3% para Italia y 0,2% para Austria. El elevado valor del coeficiente de Okun correspondiente a España obedece a la mayor utilización de los contratos temporales en ese país, en comparación con otros: esto significa que en las buenas épocas se crean muchos empleos pero también que durante las recesiones hay gran pérdida de empleos.

Nuestras pruebas tienen importancia para interpretar las variaciones del empleo y para formular políticas. La supuesta ruptura del vínculo entre empleo y crecimiento suele utilizarse en respaldo de la opinión de que los problemas del mercado laboral son de naturaleza estructural y no se resolverían adoptando medidas dirigidas a generar una recuperación cíclica. McKinsey (2011), por ejemplo, aduce que la ley de Okun ya no se cumple y que, en consecuencia, un retorno al pleno empleo no solo requerirá “un crecimiento robusto del PIB [sino también] importantes esfuerzos en educación, regulación e incluso diplomacia”.

En cambio, nuestros resultados indican que, como señaló recientemente la Directora Gerente del FMI Christine Lagarde, “la forma más eficaz de fomentar el empleo es volver a poner en marcha el crecimiento … 1 punto porcentual más de crecimiento en las economías avanzadas disminuiría el desempleo en las mismas en aproximadamente ½ punto porcentual, recuperando empleos para más de 4 millones de personas. Entonces, para crear empleos, debemos aumentar el crecimiento económico. ¿Cómo hacerlo? En el corto plazo, no hay duda de que se deberá adoptar una política monetaria y fiscal inteligente para proteger su recuperación”.

Sin embargo, la supuesta falla de la ley de Okun suele ser el punto de partida para sostener que se deben realizar reformas estructurales para hacer una mella importante en el desempleo. Nuestros resultados indican que, si bien puede haber buenas razones para recomendar reformas estructurales a fin de estimular el empleo, el argumento de que la ley de Okun no se cumple no debería ser una de ellas.

II

Con datos de 24 países de mercados emergentes, y datos que abarcan el período de 2004 a junio de 2013.


Según las estimaciones, los inversionistas internacionales colocaron medio billón de dólares en bonos públicos de mercados emergentes solo en el período de 2010 a 2012, y la mayor parte de esa suma provino de entidades financieras extranjeras no bancarias (grandes inversionistas institucionales, fondos de cobertura (hedge funds), fondos soberanos de inversión). A finales de 2012, estos inversionistas eran tenedores de unos US$800.000 millones de la deuda, o un 80% del total.

También calculamos que los bancos centrales externos eran tenedores de entre US$40.000 millones y US$80.000 millones de la deuda, y que sus tenencias parecen estar concentradas en siete países: Brasil, China, Indonesia, Polonia, Malasia, México y Sudáfrica.

La razón de que en la última década este dinero tuviera como destino las economías de mercados emergentes está relacionada en parte con las mejoras en la gestión de la deuda pública. Concretamente, los mercados emergentes han ampliado los vencimientos de sus perfiles de deuda, han emitido menos deuda con tasa variable y han reducido la deuda en moneda extranjera. Gracias a esto, sus balances públicos se han hecho más resistentes a los shocks del tipo de cambio y las tasas de interés, y han disminuido los riesgos en el lado de la oferta de la deuda pública. En parte como resultado de esto, el interés internacional en la deuda pública de los mercados emergentes se ha disparado en años recientes.

Cabe destacar, que cinco mercados emergentes alcanzaron o recuperaron su calificación de destinos de inversión no especulativa durante 2010–12: Colombia, Indonesia, Letonia, Rumania y Uruguay.

Los escenarios demuestran que, para un determinado nivel de participación en los mercados de bonos públicos, los países con las siguientes características serían menos sensibles a los riesgos de financiamiento externo:
  • Relación deuda/PIB más baja
  • Menores necesidades de financiamiento bruto
  • Sistemas financieros internos más desarrollados
  • Mayores reservas de liquidez para protegerse de los shocks externos
Por lo tanto, estos escenarios destacan lo importante que es ampliar los vencimientos de la deuda pública, desarrollar una base de inversionistas locales y mantener reservas de liquidez para mitigar el daño que podría producir una fuga repentina del financiamiento externo. Los países que han contado con estos factores compensatorios, como México y Polonia, soportaron una menor presión sobre los rendimientos de los bonos durante el período de mediados de 2013, pese a que la proporción de su deuda pública en manos de inversionistas extranjeros era mayor.

III

Lo anterior, nos llevaría a preguntarnos ¿Se ven aún afectados los mercados emergentes? para lo cual presentaré una serie de gráficos, los cuales son muy simples de interpretar, es decir, hablan por si solos. El análisis lo pueden consultar en la fuente.





Por otra parte, muchas veces escuchamos entre las noticias económicas que van a subir o bajar los tipos de interés, y la pregunta ¿eso como nos afecta?, pues aquí una amplia explicación de Cómo las tasas de interés de Estados Unidos afectan a los mercados financieros de las economías emergentes:

Los gobiernos de la mayoría de las economías emergentes, incluidas las de América Latina, han reducido su exposición a las tasas de interés de Estados Unidos en la última década, emitiendo una mayor proporción de deuda pública denominada en moneda local.

Aún así, los cambios repentinos en las tasas de interés de Estados Unidos mantienen la capacidad de hacer tambalear los mercados financieros de las economías emergentes.

La turbulencia del mercado se redujo desde entonces, y los inversores en los mercados emergentes están en general menos preocupados por las repercusiones de la política monetaria estadounidense. Pero, ¿qué nos indican las series de datos más extensas acerca de esos efectos de derrame? En nuestro último informe Perspectivas económicas: Las Américas, se analiza esta pregunta desde dos perspectivas distintas: los rendimientos de los bonos públicos y los flujos de capital.

Se concluye que, aunque muchas economías emergentes redujeron su dependencia de deuda denominada en dólares, no existe una aislación completa respecto de los shocks monetarios de Estados Unidos. En un escenario de normalización gradual de la política monetaria estadounidense, los efectos de derrame negativos relacionados con el aumento de las tasas de interés en ese país serían limitados. En el caso de los socios con fuertes lazos comerciales, de hecho, es muy probable que predomine el impulso positivo dado por el mayor ritmo de crecimiento en Estados Unidos.

IV

Por último, la crisis financiera mundial sacó a la política monetaria de las economías avanzadas de la rutina casi autocomplaciente en la que se había afincado desde que la Reserva Federal de Paul Volcker derrotó a la inflación de Estados Unidos a principios de la década de 1980.

Simplemente hay que mantener la inflación baja y estable, poner como meta una tasa de interés a corto plazo y regular y supervisar a las instituciones financieras, repetía el mantra, y todo estará bien.

Por supuesto, muchos académicos y funcionarios, especialmente en los mercados emergentes, tenían una visión escéptica de ese sencillo credo. Pero no lograban grandes avances en contra de una doctrina aparentemente bien respaldada por sofisticados modelos teóricos, voluminosos estudios empíricos y más de 20 años de “Gran Moderación”, es decir, bajos niveles de inflación y de volatilidad del producto. Todo esto ha cambiado desde la crisis, y las ideas que alguna vez fueron marginales ahora han pasado a ocupar el centro de la escena.

Véase: La evolución de la política monetaria: Más arte y menos ciencia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué significan los números en el triángulo de reciclaje de los plásticos?

Metallica versus Megadeth ¿quien es mejor? la estadística nos da la respuesta

Los programas más usados por economistas