Tendencias mercado musical
Hoy presento el resumen de dos artículos dedicados al actual mercado musical.
En Maneras de vender música:
Decir que este año se vendieron menos discos en formato físico que en el anterior es ya una tradición... Ocurre desde hace una década (las ventas han bajado un 77, 5% desde el 2001).
Pese a todo, el año nos deja alguna que otra buena noticia: como el auge de la música en streaming —es decir, escuchar online, sin descargar—, que se ha convertido en la gran esperanza de las discográficas. Con 36 millones de usuarios activos, Spotify y Deezer son las dos plataformas líderes del sector. Entre las dos suman 11 millones suscriptores de pago en todo el mundo y, según la optimista previsión de la consultora Music Ally, esta cifra podría llegar a los 191 millones en sólo cinco años.
También ha sido el año de la consolidación de otras formas de hacer marketing para vender música. Solo hay que ver lo bien que les salió la jugada a artistas como la estadounidense Beyoncé, que, publicado directamente online y por sorpresa, ha convertido su nuevo disco en el álbum que se ha vendido más rápido de la historia en iTunes: 828.773 descargas en todo el mundo en tres días (617.213 en Estados Unidos). La novedad: 14 canciones, con 17 vídeos y, sobre todo, el secreto con el que ha mantenido el lanzamiento. Nadie sabía que estaba grabando disco hasta que se publicó. Lo mismo hizo David Bowie con The next day. En un mundo dominado por las redes sociales y las filtraciones de información, el inglés sacó en marzo, a sus 66 años, un disco por sorpresa cuando muchos ya preparaban su necrológica.
Los patrocinios también han sido importantes este año: el marido de Beyoncé, el rapero Jay-Z anunció su nuevo disco a través de una aplicación de móvil, en un anuncio de la final de la NBA. “No hay reglas, todo el mundo está intentado averiguar por dónde tirar”, dijo. “Por esa razón, Internet es como si fuera el salvaje oeste. Tenemos que escribir nuevas normas”. El también rapero Kanye West le tomó la palabra y publicó su disco con una portada inédita: sin carátula, tenía el aspecto de un CD virgen.
Esto es una conspiración:
El descenso en el consumo de formatos físicos está obligando a modificar los planteamientos económicos de la industria. Hace solo diez años, se consideraba un fracaso cualquier novedad que no alcanzara los seis dígitos.
(1.000.000 - un millón de copias en el mundo de la música internacional se considerá un éxito)
Debería ser motivo de celebración para los que amamos los discos, con sus bonitas portadas, sus créditos, su información complementaria. Efectivamente, nunca ha habido disponible mayor variedad de música...y los precios también han bajado. Aunque la segmentación del mercado implica igualmente la llegada de productos de gama alta, como Rise & fall of Paramount Records Volume 1. Jack White y sus socios concibieron una caja de roble con seis elepés, libros, un USB conteniendo 800 temas y añadidos varios.
La era del objeto musical exige sofisticación. Una encuesta británica sobre el renacer comercial del vinilo destacaba que un 4% de los compradores reconocía no tener giradiscos. Efectivamente, para ellos los vinilos son un complemento decorativo o un acto de fe.
Los paladeadores de las reliquias retro ignoran las sigilosas maniobras para liquidar el CD: muchos modernos ordenadores carecen de reproductor para los discos plateados (curioso, hace tiempo que los Discman y similares han desaparecido de las tiendas de electrónica). Hablamos, atención, del formato que proporciona más de la mitad de los ingresos para las discográficas.
En Maneras de vender música:
Decir que este año se vendieron menos discos en formato físico que en el anterior es ya una tradición... Ocurre desde hace una década (las ventas han bajado un 77, 5% desde el 2001).
Pese a todo, el año nos deja alguna que otra buena noticia: como el auge de la música en streaming —es decir, escuchar online, sin descargar—, que se ha convertido en la gran esperanza de las discográficas. Con 36 millones de usuarios activos, Spotify y Deezer son las dos plataformas líderes del sector. Entre las dos suman 11 millones suscriptores de pago en todo el mundo y, según la optimista previsión de la consultora Music Ally, esta cifra podría llegar a los 191 millones en sólo cinco años.
También ha sido el año de la consolidación de otras formas de hacer marketing para vender música. Solo hay que ver lo bien que les salió la jugada a artistas como la estadounidense Beyoncé, que, publicado directamente online y por sorpresa, ha convertido su nuevo disco en el álbum que se ha vendido más rápido de la historia en iTunes: 828.773 descargas en todo el mundo en tres días (617.213 en Estados Unidos). La novedad: 14 canciones, con 17 vídeos y, sobre todo, el secreto con el que ha mantenido el lanzamiento. Nadie sabía que estaba grabando disco hasta que se publicó. Lo mismo hizo David Bowie con The next day. En un mundo dominado por las redes sociales y las filtraciones de información, el inglés sacó en marzo, a sus 66 años, un disco por sorpresa cuando muchos ya preparaban su necrológica.
Los patrocinios también han sido importantes este año: el marido de Beyoncé, el rapero Jay-Z anunció su nuevo disco a través de una aplicación de móvil, en un anuncio de la final de la NBA. “No hay reglas, todo el mundo está intentado averiguar por dónde tirar”, dijo. “Por esa razón, Internet es como si fuera el salvaje oeste. Tenemos que escribir nuevas normas”. El también rapero Kanye West le tomó la palabra y publicó su disco con una portada inédita: sin carátula, tenía el aspecto de un CD virgen.
Esto es una conspiración:
El descenso en el consumo de formatos físicos está obligando a modificar los planteamientos económicos de la industria. Hace solo diez años, se consideraba un fracaso cualquier novedad que no alcanzara los seis dígitos.
(1.000.000 - un millón de copias en el mundo de la música internacional se considerá un éxito)
Debería ser motivo de celebración para los que amamos los discos, con sus bonitas portadas, sus créditos, su información complementaria. Efectivamente, nunca ha habido disponible mayor variedad de música...y los precios también han bajado. Aunque la segmentación del mercado implica igualmente la llegada de productos de gama alta, como Rise & fall of Paramount Records Volume 1. Jack White y sus socios concibieron una caja de roble con seis elepés, libros, un USB conteniendo 800 temas y añadidos varios.
La era del objeto musical exige sofisticación. Una encuesta británica sobre el renacer comercial del vinilo destacaba que un 4% de los compradores reconocía no tener giradiscos. Efectivamente, para ellos los vinilos son un complemento decorativo o un acto de fe.
Los paladeadores de las reliquias retro ignoran las sigilosas maniobras para liquidar el CD: muchos modernos ordenadores carecen de reproductor para los discos plateados (curioso, hace tiempo que los Discman y similares han desaparecido de las tiendas de electrónica). Hablamos, atención, del formato que proporciona más de la mitad de los ingresos para las discográficas.
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