La publicidad engañosa


Recientemente, se ha dado un gran paso legal en cuanto a la publicidad engañosa, la cual impera en los países, vendiendo beneficios que no son ciertos (y a precio de hasta milagrosos).

El primer caso es el de los protectores solares, con cuestiones como: FP 8 que evita el cáncer, resistentes al agua y al sudor, y los súper protectores con un factor de 70, 80 y 90.

A partir de este verano, EE UU va a imponer medidas férreas sobre cómo se anuncian los protectores solares. Eso significa que muchos reclamos comerciales, comunes hasta ahora, van a ser prohibidos, por ser considerados engañosos o pseudocientíficos. Esas normas, que se han debatido desde 1978, quedaron aprobadas ayer. A partir de ahora, EE UU distingue entre las lociones que pueden prevenir el cáncer de piel y las que solo protegen contra simples quemazones.

La Agencia Federal del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) ha decidido poner orden en un mercado que en las últimas tres décadas ha estado sumido en el desorden publicitario. A partir de ahora, y según las nuevas normas federales, los fabricantes de lociones solares no podrán decir que sus productos protegen de los efectos nocivos de la sobreexposición solar si no tienen un factor de protección igual o mayor que 15.

Tampoco podrán anunciarse como tales si no protegen por igual contra los efectos de los rayos UVA, que provocan el envejecimiento prematuro de la piel, y UVB, que la queman. Ambos tipos de rayos causan cáncer de piel. Cuando una loción proteja contra ambos, recibirá la etiqueta de gama amplia, que servirá de garantía de protección dermatológica al consumidor.

Cuando un producto no cumpla con esos requerimientos deberá aclarar en su etiqueta: "Este producto solo protege contra las quemaduras solares, no contra el cáncer o el envejecimiento prematuro de la piel". En una inesperada medida, la FDA ha decidido apoyar solo la valía de los protectores que ofrecen factores entre 15 y 50. "No existe ninguna prueba que demuestre que los factores de protección mayores a 50 presenten beneficio alguno adicional para la piel", asegura la doctora Jill Lindstrom, dermatóloga afiliada a la FDA. Eso significa que, científicamente, no existe diferencia entre una loción de 50 y una de 80 o 90, aunque algunas de estas últimas se solían comercializar en EE UU con etiquetas engañosas como la de ultraprotección.

El Gobierno norteamericano prohibirá, además, que las lociones solares se comercialicen como resistentes al agua o al sudor, a pesar de que muchas -incluidas las infantiles- así se anuncian. "La FDA prohíbe también que las lociones aseguren que resisten a los efectos del agua o el sudor", añade la doctora Lindstrom. "En lugar de eso, deben revelar, de forma clara y precisa, cuánto tiempo dura la loción en el cuerpo tras el contacto con el agua". De ese modo, los botes de loción incluirán etiquetados similares a este: "Resistente al agua durante 40 minutos". Eso permitirá al consumidor saber cuándo deberá volver a aplicarse la crema.


Muchos pensaran que tiene que ver esta nota con la ciencia económica:

1) Si esta normativa se le da continuidad en el mundo, esto impactará positivamente en la relación calidad-precio de varios productos.

2) Y lo más importante que quiero resaltar, se habla de “estudios pseudocientíficos” y cuando se menciona “científicamente, no existe diferencia entre una loción de 50 y una de 80 o 90”.
Y, como éste blog trata de ser interdisciplinar con las ciencias relacionadas, directa o indirectamente, con la economía. Resaltar, que todo estudio científico empieza por calcular estadísticamente el tamaño de la muestra (para que sea realmente una muestra estadísticamente representativa y significativa), eso para empezar, y luego en la segunda frase, eso se traduce científicamente y económicamente, como: los efectos marginales entre un FP 50 al 90, son tan insignificantes (no son estadísticamente significativos) que científicamente no hay diferencia entre ponerte un protector solar con un FP de 50 y otro con un FP de 90.
Esto viene a cuento, ya que existen muchos estudios y hasta tesis doctorales en campos como la psicología y la educación (por mencionar algunos), que no calculan un tamaño de la muestra de manera formal, por tanto, realizan un estudio (por ejemplo) con niños de educación primaria y aplican el experimento a un grupo de 40 niños (seré bueno y pondré un margen amplio) y con estadística descriptiva, se atreven a afirmar, el 70% de los niños respondió a tal estimulo, por tanto, nuestro sistema (o metodología) funciona (el tema del artículo, proyecto o tesis). En este caso, en una población con 100.000 niños en primaria, ustedes creen que con 28 niños, se puede afirmar que casi 100 mil responderán igual ¿? Y eso, solo hablándoles del tamaño de la muestra, ya si hablamos de medir el impacto rigurosamente (efectos marginales por ejemplo) o cuando los resultados son representativos más no significativos (otra cuestión muy importante, ya que estrictamente que sean representativos no dan validez mientras no resulten estadísticamente significativos) y muchos afirman con la mera representatividad… pues así son también, los estudios “científicos”, que en realidad son pseudo, por parte de las empresas, para poder validar sus productos y obtener mayores beneficios (no cuesta lo mismo un protector solar con FP de 35, 50 y 90, entre mayor FP mayor será el precio - con esta última línea he llegado a justificar y reforzar el primer punto señalado).

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