Coalición Electoral de Partidos en México, ¿un juego estratégico de gobernabilidad o simple oportunismo de supervivencia?

Hoy en nuestra sección de Colaboraciones Especiales, contamos con el artículo Coalición Electoral de Partidos en México, ¿un juego estratégico de gobernabilidad o simple oportunismo de supervivencia? de Jorge A. Silva Rodríguez, que es economista y maestro en administración y políticas públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Fue funcionario por más de una década en el Banco de Desarrollo de América del Norte (NADBank por sus siglas en inglés) y actualmente es Consultor en Políticas Públicas y Programas.


Los partidos políticos han pasado de ser organizaciones que buscan poder en base a su ideología y forma de gobernar a organizaciones sin sentido ideológico, cambiantes por elección y con pocos o nulos cimientos institucionales.

En este artículo se aborda la transformación de los partidos políticos y sus intentos de coaliciones electorales -entendidas como un acuerdo electoral que postula un candidato común para ganar elecciones y así, obtener mejor representación política o contrapesos ante partidos hegemónicos las cuales no se han traducido en estabilidad y gobernanza, sino que han evidenciado innumerables dudas de coherencia de proyectos ya que los actores políticos (candidatos y posteriormente servidores públicos) sólo responden a incentivos particulares y no a los del grupo que los llevó al poder.

Las coaliciones electorales vistas como un juego estratégico, parte del supuesto de una elección racional de sus votantes, donde los individuos tienen preferencias coherentes y usan sus recursos de manera óptima, tratando de conseguir el resultado que más se acerque a sus preferencias. Las coaliciones buscan vender la idea de gobernabilidad y cohesión, además de servir de contrapesos a los gobiernos en turno. Sin embargo, la ausencia de organizaciones partidistas con identidad propia y con visión de gobierno hace que los votantes no las ubiquen como una institución sólida que definan las reglas del juego en una sociedad política. La falta de definición ideológica las sitúa en el renglón del oportunismo y solo en la búsqueda de presupuestos que los lleven a la coexistencia.

Las coaliciones electorales del 2000 al 2012 permitieron el surgimiento y reorganización de nuevas corrientes políticas que reinventaron su forma de organización, generó pluralidad y surgió una oposición más abierta, al darse las bases inclusive para realizar coaliciones gubernamentales y pactos con la mayoría de las fuerzas políticas (Pacto por México en 2012, por ejemplo) a favor de supuestas políticas públicas de gran alcance. En América Latina, las coaliciones electorales también han jugado un papel fundamental como por ejemplo en Argentina en las elecciones presidenciales en 2015 y 2019 y asegurar una alternancia.

En contraste, la desventaja de las coaliciones ha recaído en los intereses per se de los candidatos que fueron votados y al no existir reglas claras de origen, el riesgo de cambio al momento de tomar decisiones es permanente; el cambio de ideología pareciera ser la norma. Esto conlleva, a que el seguimiento y rendición de cuentas en el actuar de los nuevos funcionarios públicos es insuficiente y muchas veces nulo.

Las coaliciones electorales distan mucho de ser un grupo cohesionado y homogéneo con agenda propia. No son un grupo de pragmáticos que buscan la gobernabilidad ya que por ejemplo, en los últimos dos años (2018-2020) no se ha tenido evidencia de que las decisiones en el poder legislativo se hicieran con miras a las preferencias de quienes los eligieron. Tampoco son alianzas que busquen revertir los resultados del actual gobierno en turno, ya que no presentan más propuesta que autodefinirse como oposición del régimen. La oposición palideció y se vio pausada ante la pérdida del poder en el 2018 por un movimiento que aglutino el descontento social de los últimos gobiernos. Las coaliciones parecieran solo una opción que mira a restablecer su prestigio ganando lo que puedan y así, aspirar a reinventarse.

Las elecciones de junio 2021 se vislumbran como una elección tripartita, pero paradójicamente con tres fuerzas en diferente estado: la fuerza dominante, junto con los partidos pequeños, nuevos y viejos, que buscan siempre mantener su registro y diluir el voto cuando es necesario; la segunda fuerza, representada por una coalición de los tres partidos que abanderaron hace no más de dos décadas a las diferentes corrientes dominantes ideológicas; y, una tercer fuerza de un partido en crecimiento, que participará sin hacer alianzas, que se desmarca de los gobiernos anteriores y en curso y que busca poner una agenda con tintes social-demócrata para mostrarse como una opción real de cambio de rumbo y de perfiles e ideas novedosas.

Este juego estratégico de coaliciones no garantiza eliminar la mayoría en el congreso del partido en el poder, ni ocupar estados con visiones propias alejadas del dominio federal. Además, confunde a un electorado local que no puede discernir entre el discurso hueco, repetitivo y que no diferencia entre las necesidades locales apremiantes y las acciones coercitivas del gobierno federal.

En otros sistemas presidenciales como el estadounidense, el bipartidismo es funcional y reduce incertidumbres; en el multipartidismo de México, las responsabilidades de difuminan. Tener hoy solo tres fuerzas de opciones en general, que a su vez se multiplican en los Estados en más de una decena de partidos compitiendo, nos hará reflexionar sobre el desgaste y funcionalidad del sistema de partidos. La idea de generar mayorías -en un juego estratégico de gobernabilidad pareciera caer en el terreno de la especulación y en la politiquería electoral que, si no se recompone, dará mayor fortaleza a un autoritarismo en construcción permanente que seguirá incentivando las ambigüedades de los partidos políticos, ya de por sí, alejados, muy alejados de sus plataformas ideológicas.

Por Jorge A. Silva Rodríguez

Como citar este artículo:

Silva-Rodríguez, J.A. (2021). Coalición Electoral de Partidos en México, ¿un juego estratégico de gobernabilidad o simple oportunismo de supervivencia?, Blog El Analista Económico-Financiero, 20/04/2021. Recuperado de https://elanalistaeconomicofinanciero.blogspot.com/2021/04/coalicion-electoral-de-partidos-en.html

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Silva-Rodríguez, J.A. (2013). La Situación de las Entidades Locales en México, Blog El Analista Económico-Financiero. Recuperado de https://elanalistaeconomicofinanciero.blogspot.com/2013/03/la-situacion-de-las-entidades-locales.html


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