¿Podría ganar Donald Trump las elecciones presidenciales en los Estados Unidos?
A partir de ahora, los candidatos oficiales por la carrera presidencial en los Estados Unidos son: Hillary Clinton por el partido Demócrata (Liberales) y Donald Trump por el partido Republicano (Conservadores).
Los candidatos:
Hillary Clinton, es Licenciada en Derecho por la Universidad de Yale, esposa del ex-presidente de los EE.UU., Bill Clinton, según su página web oficial describe la carrera profesional de Hillary de la siguiente manera: "ha servido como secretaria de Estado, senadora de los Estados Unidos por el estado de Nueva York, primera dama de los Estados Unidos, primera dama del estado de Arkansas, abogada, profesora de leyes y activista".
Se ha destacado en su continua lucha por los derechos de los niños, las mujeres y la igualdad en los servicios de salud en el país. Además, es de religión metodista.
Se ha destacado en su continua lucha por los derechos de los niños, las mujeres y la igualdad en los servicios de salud en el país. Además, es de religión metodista.
Sin duda una mujer inteligente y con carácter (hay quienes afirman que demasiado de manera negativa-no voy a repetir las palabras con las que la definen). Durante el escándalo de su marido con Mónica Lewinski, el acuerdo tácito con su marido fue claro, lo apoyaría frente a la vergüenza pública a cambio de apoyarla en su carrera política.
En la web oficial de Hillary, podemos apreciar la siguiente:
Un dato histórico sumamente interesante: "Después de servir como abogada para el comité del Congreso encargado de investigar al presidente Nixon, Hillary se mudó a Arkansas donde enseñó derecho penal, procedimiento penal y abogacía de litigación y dirigió el consultorio de asistencia jurídica y proyectos en las prisiones".
"Ella gestionó un cese al fuego entre Israel y Hamas que evitó una guerra y protegió la seguridad de Israel". Lo anterior sugiere que Hillary Clinton, defiende los intereses de Israel.
No resulta sorprendente ya que su hija Chelsea, está casada con Marc Mezvinsky, un banquero en inversiones de tradición judía e hijo de los ex-congresistas Marjorie Margolies-Mezvinsky por Pennsylvania y Edward Mezvinsky por Iowa. Además, destacar que tanto Chelsea como su marido Marc, profesionalmente están muy vinculados con Wall Street.
Por su parte, tenemos que Donald Trump, estudio económicas en Wharton School of Finance, de religión presbiteriana, empresario de éxito y popularmente famosos por el reallity show "The Apprentice". Donald Trump destaca por ser un completo "show business", es decir, una persona que sabe vender su imagen.
En un artículo publicado en 2005, escribía sobre Trump:
"D. Trump, es una persona que él mismo sé autodenomina como un showman convirtiendo su apellido en una marca y su figura en una personalidad superior de los negocios, dicha formula suele funcionarle muy bien hasta hoy en día dándole un plusvalor arriba del de mercado y por lo tanto también sobre el valor real de sus activos y por consiguiente de sus empresas."
"Trump declaro en algún momento haber aprendido del famoso, y polémico ex campeón del boxeo de pesos pesados Mike Tyson sobre la superioridad psicológica del cual observaba que dicho boxeador imponía tanta supremacía en contra de sus adversarios, que desde su entrada al ring de pelea, ya había ganado la pelea. Sus contrincantes ya habían sido derrotados psicológicamente."
“nunca demostrar ante el adversario que se esta sufriendo por lo golpes y para no confundir las dudas propias en deseo” (Trump, 1991).
Referencias de la información sobre TRUMP, D. y Leershen, C. (1991). Trump: Sobrevivir al triunfo. Editorial Grijalbo. Barcelona.
Destacar que la página web oficial de Trump, es bastante sencilla (me recuerda una simple página de cualquier empresa de bienes y raíces), no se encuentra en versión al español (la de Hillary si), lo que demuestra que a Trump no le interesa el voto latino, y aplica la regla de oro no escrita en los Estados Unidos: "in this country you speak english or you get out" (Brujería - Raza Odiada (Pito Wilson), Roadrunner, 1995).
Durante la carrera por la nominación republicana, Trump destacó en el momento que afirmó que construiría un muro entre Estados Unidos y México, desde ese mismo momento, inició lo que sería su campaña basada en afirmaciones radicales -había dado en el clavo de los estadounidenses- el discurso de Trump se caracteriza por un estilo polémico y frontal, y violento contra los inmigrantes:
"El candidato republicano había prometido la instalación de un muro de 2.000 kilómetros para aislarse de México y que debía ser pago por los mexicanos. De lo contrario, amenazó, cortaría las remesas que los residentes indocumentados envían a sus familiares en el exterior. Si bien no detalló cuánto es ese dinero, aclaró que el total de remesas (incluyendo a los legales) supera los US$ 24.000 millones, cinco veces la fortuna que la revista Forbes le adjudica a este multimillonario.".
La aparición de Trump en la política estadounidense ha sido el "ascenso meteórico de una figura que metió el primer pie en la política casi como un experimento, como una oportunidad de negocios más".
Algunos datos: "El 17% de la población estadounidense, 55 millones de habitantes, son latinos. De ellos, el 46% está habilitado para votar. El resto no puede hacerlo por ser indocumentado o porque aún no tramitó la ciudadanía, aunque tenga la residencia".
Sin embargo, "así como el multimillonario convence a varios estadounidenses cansados del terrorismo, con su idea de limitar la migración y mano dura, también gana adeptos entre algunos hispanos".
La realidad del fenómeno Trump:
Jimena Catarivas, uruguaya y desde hace cinco años directora general del periódico La Raza, el medio escrito en español más importante de Chicago, recuerda que las amenazas de Trump no fueron tomadas en serio cuando arrancó la campaña para las primarias.
"Cuando dijo que los mexicanos eran violadores o delincuentes nos causaba pena y risa porque pensábamos que con ese discurso era obvio que no llegaría a ningún lado. Luego vino su discurso contra los musulmanes y otras barbaridades. Sin embargo, lejos de caer, cada vez acumula más votos y hoy está peleando por entrar a la Casa Blanca. En la colonia hispana se ha instalado el miedo. Ahora la interrogante es si Hillary podrá ganarle".
Los hispanos y gran parte de la sociedad norteamericana se hacen otra pregunta: ¿de dónde salen tantos votantes de Trump? "Llevo veinte años en Estados Unidos y todos conocemos gente racista o anti inmigrantes. Lo que nunca pensamos es que fueran tantos. Ahora, respaldados por Trump, cobran fuerza".
En mí opinión, D. Trump tiene muchas posibilidades de ser elegido presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, ya que el votante norteamericano -en su mayoría- se dejará llevar por la euforia del discurso misógino, nacionalista, xenófobo, que desgraciadamente incita al odio y al miedo (recuérdese 1984 de Orwell, los Dos Minutos de Odio donde se mostraba al Enemigo del Pueblo, donde los presentes estallaban en incontrolables exclamaciones de rabia, siempre había nuevos incautos dispuestos a dejarse embaucar por dicho discurso, lo describía como un éxtasis de temor y afán de venganza..., como una corriente eléctrica, convirtiendo a los presentes, incluso en contra de su voluntad, en locos furiosos). Pues así es el discurso de Trump y el efecto de sus seguidores.
Los votantes de Trump, creen en el eslogan de campaña: "Make America Great Again!" (Hacer América grande otra vez!), supone hacer creer a los votantes en dos verdades contradictorias al mismo tiempo. En psicología social se conoce como "disonancia cognitiva", si no, miren el siguiente reportaje: ¿Cuándo fue grandioso Estados Unidos? La pregunta incómoda a los seguidores de Donald Trump.
Lo anterior no es nuevo, personas como Hitler con su demagogia, tenían el mismo efecto; habrá quien considere a Trump un simple payaso, pero en México fue presidente Vicente Fox gracias a afirmaciones graciosas e irreverentes, Reino Unido se separará de la Unión Europea por discursos nacionalistas (votaron por el si al Brexit), y la extrema derecha va ganando fuerza en varias economías europeas por discursos contra el terrorismo (miedo) y la inmigración.
Por su parte, les dejo la reflexión de Ignacio Bartesaghi director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica del Uruguay, señala:
"la extrema derecha toma cada vez más protagonismo en el mundo, fruto de parte de la población cansada, y nos alerta si "¿no es una crisis del sistema?"
Si pensamos en lo preocupante de que Trump sea presidente de la economía que más influye en el mundo, es precisamente eso, cómo se verán afectados los acuerdos y tratados comerciales, así como, las relaciones con el exterior. Probablemente, todo podría complicarse más para la propia economía norteamericana, según en base al discurso del propio Trump, "Make America Great Again!", supondría un retroceso a una economía cerrada que se esconde del mundo con miedo detrás del muro.
Espero que los norteamericanos voten pensando como los personajes de "Matar a un ruiseñor" de Harper Lee (Premio Pulitzer, 1961), Jean Louise Finch y su padre Atticus, y no como los Ewell.
Durante la carrera por la nominación republicana, Trump destacó en el momento que afirmó que construiría un muro entre Estados Unidos y México, desde ese mismo momento, inició lo que sería su campaña basada en afirmaciones radicales -había dado en el clavo de los estadounidenses- el discurso de Trump se caracteriza por un estilo polémico y frontal, y violento contra los inmigrantes:
"El candidato republicano había prometido la instalación de un muro de 2.000 kilómetros para aislarse de México y que debía ser pago por los mexicanos. De lo contrario, amenazó, cortaría las remesas que los residentes indocumentados envían a sus familiares en el exterior. Si bien no detalló cuánto es ese dinero, aclaró que el total de remesas (incluyendo a los legales) supera los US$ 24.000 millones, cinco veces la fortuna que la revista Forbes le adjudica a este multimillonario.".
La aparición de Trump en la política estadounidense ha sido el "ascenso meteórico de una figura que metió el primer pie en la política casi como un experimento, como una oportunidad de negocios más".
Algunos datos: "El 17% de la población estadounidense, 55 millones de habitantes, son latinos. De ellos, el 46% está habilitado para votar. El resto no puede hacerlo por ser indocumentado o porque aún no tramitó la ciudadanía, aunque tenga la residencia".
Sin embargo, "así como el multimillonario convence a varios estadounidenses cansados del terrorismo, con su idea de limitar la migración y mano dura, también gana adeptos entre algunos hispanos".
La realidad del fenómeno Trump:
Jimena Catarivas, uruguaya y desde hace cinco años directora general del periódico La Raza, el medio escrito en español más importante de Chicago, recuerda que las amenazas de Trump no fueron tomadas en serio cuando arrancó la campaña para las primarias.
"Cuando dijo que los mexicanos eran violadores o delincuentes nos causaba pena y risa porque pensábamos que con ese discurso era obvio que no llegaría a ningún lado. Luego vino su discurso contra los musulmanes y otras barbaridades. Sin embargo, lejos de caer, cada vez acumula más votos y hoy está peleando por entrar a la Casa Blanca. En la colonia hispana se ha instalado el miedo. Ahora la interrogante es si Hillary podrá ganarle".
Los hispanos y gran parte de la sociedad norteamericana se hacen otra pregunta: ¿de dónde salen tantos votantes de Trump? "Llevo veinte años en Estados Unidos y todos conocemos gente racista o anti inmigrantes. Lo que nunca pensamos es que fueran tantos. Ahora, respaldados por Trump, cobran fuerza".
En mí opinión, D. Trump tiene muchas posibilidades de ser elegido presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, ya que el votante norteamericano -en su mayoría- se dejará llevar por la euforia del discurso misógino, nacionalista, xenófobo, que desgraciadamente incita al odio y al miedo (recuérdese 1984 de Orwell, los Dos Minutos de Odio donde se mostraba al Enemigo del Pueblo, donde los presentes estallaban en incontrolables exclamaciones de rabia, siempre había nuevos incautos dispuestos a dejarse embaucar por dicho discurso, lo describía como un éxtasis de temor y afán de venganza..., como una corriente eléctrica, convirtiendo a los presentes, incluso en contra de su voluntad, en locos furiosos). Pues así es el discurso de Trump y el efecto de sus seguidores.
Los votantes de Trump, creen en el eslogan de campaña: "Make America Great Again!" (Hacer América grande otra vez!), supone hacer creer a los votantes en dos verdades contradictorias al mismo tiempo. En psicología social se conoce como "disonancia cognitiva", si no, miren el siguiente reportaje: ¿Cuándo fue grandioso Estados Unidos? La pregunta incómoda a los seguidores de Donald Trump.
Lo anterior no es nuevo, personas como Hitler con su demagogia, tenían el mismo efecto; habrá quien considere a Trump un simple payaso, pero en México fue presidente Vicente Fox gracias a afirmaciones graciosas e irreverentes, Reino Unido se separará de la Unión Europea por discursos nacionalistas (votaron por el si al Brexit), y la extrema derecha va ganando fuerza en varias economías europeas por discursos contra el terrorismo (miedo) y la inmigración.
Por su parte, les dejo la reflexión de Ignacio Bartesaghi director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica del Uruguay, señala:
"la extrema derecha toma cada vez más protagonismo en el mundo, fruto de parte de la población cansada, y nos alerta si "¿no es una crisis del sistema?"
Si pensamos en lo preocupante de que Trump sea presidente de la economía que más influye en el mundo, es precisamente eso, cómo se verán afectados los acuerdos y tratados comerciales, así como, las relaciones con el exterior. Probablemente, todo podría complicarse más para la propia economía norteamericana, según en base al discurso del propio Trump, "Make America Great Again!", supondría un retroceso a una economía cerrada que se esconde del mundo con miedo detrás del muro.
Espero que los norteamericanos voten pensando como los personajes de "Matar a un ruiseñor" de Harper Lee (Premio Pulitzer, 1961), Jean Louise Finch y su padre Atticus, y no como los Ewell.
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