Análisis del riesgo de la economía mexicana: un indicador del riesgo global a corto plazo
Los economistas, Agustín Carstens, gobernador del Banco de México; y Luis Videgaray, titular de la Secretaría de Hacienda del mismo país. Durante una Convención bancaria en ese país expusieron el panorama y posibles escenarios a los que se enfrentaría la economía mexicana en los próximos meses. Sin embargo, lo que señalan, son factores que no solo afectarían a México en particular, sino que también afectarán a la economía mundial, por tanto, es importante tenerlos en consideración.
Cabe destacar, que ambos economistas son del ITAM, Carstens es Doctor por Harvard y Videgaray por el MIT. El primero, desde hace unos años, es considerado un candidato muy fuerte para dirigir el FMI. Videgaray, por su parte, su Tesis Doctoral iba sobre "La respuesta fiscal frente a la volatilidad de los precios del petróleo".
A continuación, el resumen destacado de la nota de prensa:
Primero al micrófono, Carstens dijo que “sería erróneo” pensar que el futuro está “exento de problemas”.
Y, sin ambages, expuso los factores que hacen de la actual “una coyuntura externa particularmente compleja”, que –sin duda– impacta en la economía mexicana y lo hará en adelante.
En primer término mencionó “la disminución significativa de los precios internacionales del petróleo debido, principalmente, a factores de oferta, con la expectativa de que dichos precios permanezcan en niveles bajos por un periodo relativamente prolongado”.
En segundo lugar, señaló que “después de cerca de ocho años de mantener una política monetaria sumamente laxa y no convencional, se anticipa que Estados Unidos inicie la normalización de su postura durante 2015”, es decir, que aumente sus tasas de interés, que se habían mantenido en prácticamente 0%.
“Para complicar aún más las cosas”, dijo el gobernador del banco central, ese aumento en las tasas de interés “sucedería presumiblemente cuando las posturas monetarias de la Zona del Euro y de Japón estarían yendo en dirección diametralmente opuesta”.
Es decir, que cuando Estados Unidos inicie el aumento de intereses, después de haber inundado de liquidez al mundo, los países de la zona euro y Japón bajarían tasas para estimular sus economías.
Como tercer término, Carstens aseguró que “la actividad económica global continúa mostrando un comportamiento muy débil, aunque diferenciado entre países y regiones.”
Todos esos factores, añadió, son los que han inducido una gran volatilidad en los mercados financieros internacionales.
Agregó: “Sin duda el que más ha contribuido a dicha volatilidad ha sido la expectativa de que la Reserva Federal de Estados Unidos comience a aumentar en algún momento de 2015 su tasa de interés de referencia a partir de su nivel actual históricamente bajo”.
Agustín Carstens explicó cómo el Banco de México ha enfrentado esa coyuntura. En primer lugar, dijo, permitiendo que “la absorción de desequilibrios y/o perturbaciones se lleve a cabo principalmente a través de ajustes de mercado tanto en el tipo de cambio como en las tasas de interés”.
Y cuando el tipo de cambio tiene “un comportamiento errático” –es decir, cuando se dispara el precio del dólar por encima de los fundamentos macroeconómicos–, el banco central ha intervenido en el mercado para darle liquidez y limitar un alza irregular del tipo de cambio.
Esto ha sido posible por los niveles récord de las reservas internacionales y la línea flexible del Fondo Monetario Internacional.
Adicionalmente, agregó Carstens, si el nivel del tipo de cambio, –la paridad peso-dólar– empezara a dañar los precios, a impactar en la inflación, se aumentarán las tasas de interés domésticas.
Lo dijo así: “la Junta de Gobierno del Banco de México podría ajustar su postura monetaria mediante aumentos en el objetivo de la tasa de interés interbancaria a un día, en caso de que perciba que está en peligro la consolidación de la convergencia de la inflación a nuestro objetivo permanente de 3%, lo cual podría suceder en caso de que la Reserva Federal inicie la normalización de su política”.
El secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, dijo que aunque ya hay signos claros de recuperación económica en el país, “México ha de encarar un entorno externo extraordinariamente complejo”, pues “están ocurriendo al mismo tiempo fenómenos internacionales que representan un reto muy relevante para la conducción de la política económica.”
En primer lugar señaló la “caída en el precio del petróleo, que es una caída abrupta, significativa y, sobre todo, que no será transitoria o de corto plazo por tratarse de una caída fundamentalmente derivada de factores en la oferta de petróleo crudo”.
También, afirmó, será un reto significativo la normalización de la política monetaria en Estados Unidos. “Nadie sabe con precisión cuándo van a subir las tasas en Estados Unidos ni sabe cómo van a subir las tasas en Estados Unidos. De lo que no hay duda es que van a subir y tenemos que estar preparados”, comentó.
Sin embargo, tanto Carstens como Videgaray matizaron su poco optimismo con la idea, en la que coincidieron, de que el fortalecimiento de la economía estadunidense será, como siempre, el salvavidas de la economía mexicana.
Fuente: Nada halagüeño, futuro de economía nacional: Carstens y Videgaray ante banqueros.
Cabe destacar, que ambos economistas son del ITAM, Carstens es Doctor por Harvard y Videgaray por el MIT. El primero, desde hace unos años, es considerado un candidato muy fuerte para dirigir el FMI. Videgaray, por su parte, su Tesis Doctoral iba sobre "La respuesta fiscal frente a la volatilidad de los precios del petróleo".
A continuación, el resumen destacado de la nota de prensa:
Primero al micrófono, Carstens dijo que “sería erróneo” pensar que el futuro está “exento de problemas”.
Y, sin ambages, expuso los factores que hacen de la actual “una coyuntura externa particularmente compleja”, que –sin duda– impacta en la economía mexicana y lo hará en adelante.
En primer término mencionó “la disminución significativa de los precios internacionales del petróleo debido, principalmente, a factores de oferta, con la expectativa de que dichos precios permanezcan en niveles bajos por un periodo relativamente prolongado”.
En segundo lugar, señaló que “después de cerca de ocho años de mantener una política monetaria sumamente laxa y no convencional, se anticipa que Estados Unidos inicie la normalización de su postura durante 2015”, es decir, que aumente sus tasas de interés, que se habían mantenido en prácticamente 0%.
“Para complicar aún más las cosas”, dijo el gobernador del banco central, ese aumento en las tasas de interés “sucedería presumiblemente cuando las posturas monetarias de la Zona del Euro y de Japón estarían yendo en dirección diametralmente opuesta”.
Es decir, que cuando Estados Unidos inicie el aumento de intereses, después de haber inundado de liquidez al mundo, los países de la zona euro y Japón bajarían tasas para estimular sus economías.
Como tercer término, Carstens aseguró que “la actividad económica global continúa mostrando un comportamiento muy débil, aunque diferenciado entre países y regiones.”
Todos esos factores, añadió, son los que han inducido una gran volatilidad en los mercados financieros internacionales.
Agregó: “Sin duda el que más ha contribuido a dicha volatilidad ha sido la expectativa de que la Reserva Federal de Estados Unidos comience a aumentar en algún momento de 2015 su tasa de interés de referencia a partir de su nivel actual históricamente bajo”.
Agustín Carstens explicó cómo el Banco de México ha enfrentado esa coyuntura. En primer lugar, dijo, permitiendo que “la absorción de desequilibrios y/o perturbaciones se lleve a cabo principalmente a través de ajustes de mercado tanto en el tipo de cambio como en las tasas de interés”.
Y cuando el tipo de cambio tiene “un comportamiento errático” –es decir, cuando se dispara el precio del dólar por encima de los fundamentos macroeconómicos–, el banco central ha intervenido en el mercado para darle liquidez y limitar un alza irregular del tipo de cambio.
Esto ha sido posible por los niveles récord de las reservas internacionales y la línea flexible del Fondo Monetario Internacional.
Adicionalmente, agregó Carstens, si el nivel del tipo de cambio, –la paridad peso-dólar– empezara a dañar los precios, a impactar en la inflación, se aumentarán las tasas de interés domésticas.
Lo dijo así: “la Junta de Gobierno del Banco de México podría ajustar su postura monetaria mediante aumentos en el objetivo de la tasa de interés interbancaria a un día, en caso de que perciba que está en peligro la consolidación de la convergencia de la inflación a nuestro objetivo permanente de 3%, lo cual podría suceder en caso de que la Reserva Federal inicie la normalización de su política”.
El secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, dijo que aunque ya hay signos claros de recuperación económica en el país, “México ha de encarar un entorno externo extraordinariamente complejo”, pues “están ocurriendo al mismo tiempo fenómenos internacionales que representan un reto muy relevante para la conducción de la política económica.”
En primer lugar señaló la “caída en el precio del petróleo, que es una caída abrupta, significativa y, sobre todo, que no será transitoria o de corto plazo por tratarse de una caída fundamentalmente derivada de factores en la oferta de petróleo crudo”.
También, afirmó, será un reto significativo la normalización de la política monetaria en Estados Unidos. “Nadie sabe con precisión cuándo van a subir las tasas en Estados Unidos ni sabe cómo van a subir las tasas en Estados Unidos. De lo que no hay duda es que van a subir y tenemos que estar preparados”, comentó.
Sin embargo, tanto Carstens como Videgaray matizaron su poco optimismo con la idea, en la que coincidieron, de que el fortalecimiento de la economía estadunidense será, como siempre, el salvavidas de la economía mexicana.
Fuente: Nada halagüeño, futuro de economía nacional: Carstens y Videgaray ante banqueros.
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