Algunas consideraciónes sobre la Gestión de Riesgos
Considerar el riesgo es muy importante para que un negocio siga existiendo y una prueba para los empresarios y directivos (sea del sector público o privado). La verdadera dificultad recae en conocer cómo se gestiona y la cultura en que se opera. Primeramente hay que tener en cuenta los hechos para poder elegir no hacer nada o reducir las posibles exposiciones o protegerse contra ellas de manera parcial o total. El máximo error es no tener en cuenta los riesgos. Por lo tanto, la cultura sobre el riesgo de su empresa es esencial y debe estar establecida en los niveles superiores.
Por otra parte, nunca es sencillo establecer guías eficaces, y hasta en el caso de una transacción sencilla, la variedad de exposiciones puede ser extensiva. Por ejemplo, un exportador que necesite pedir un préstamo de financiamiento denominado en moneda extranjera, tiene que plantearse el riesgo de incumplimiento del crédito, el riesgo de tipo de cambio, el riesgo de financiación y el riesgo del tipo de interés. Las permutaciones son infinitas y los costes de transacción de la cobertura de riesgo para reducir o eliminar cualquier exposición posible podrían tragarse exponencialmente todos los beneficios del trato.
Aunque es posible que las pérdidas sean cuantiosas, el número potencialmente infinito de combinaciones de riesgo implica que las habilidades necesarias para tomar buenas decisiones suelen ser cualitativas. Hasta una computadora programada para tener en cuenta todas las permutaciones de riesgo concebibles hay que enseñarle qué nivel de exposición es el aceptable. Cualquier programa es sólo tan bueno como los parámetros y datos introducidos por personas que, a la vez, han estado condicionadas por la experiencia y el amplio conocimiento del tema.
Para una gestión eficaz del riesgo se tiene que pensar en lo impensable. Para estar dentro del negocio, debe de tomar decisiones que implican riesgo. Independientemente de que las herramientas de que dispone sean muy sofisticadas, nunca puede esperar cubrir todos los imprevistos. Pero las sorpresas desagradables deberían de mantenerse al mínimo.
Como señala Holliwell (2007) “Los principios para lograrlo son bastante sencillos, pero a menudo no se ponen en práctica. Fije unos límites, supervise las exposiciones, tenga unas líneas claras, separe el frente de contratación del administrativo y controle la retaguardia, y asegúrese de que todo se somete a dos pares de ojos”.
Para lograrlo, se requiere un sistema de gestión de riesgo que calcule, controle y supervise estos riesgos. Además, se tiene que tener un registro de todas las personas que son responsables de controlar el conjunto complejo de riesgos que tienen un impacto sobre el rendimiento de una empresa.
Por otra parte, un sistema de gestión de riesgo, empieza con una identificación detallada de las causas de la volatilidad, los factores que provocan la variación de rendimientos. Después, los riesgos que se han identificado deben de gestionarse activamente. Estudios como el de Santomero y Babbel (1997) y Santomero (1997) catalogan los procedimientos usados para la identificación del riesgo y estrategias de gestión de riesgo. Esto se cumple a través de procedimientos estandarizados que miden, supervisan y limitan el riesgo de una actividad con el fin de reducir el riesgo. Este tipo de sistemas suelen incluir cuatro partes: (1) normas e informes, que identifican, calculan y supervisan los factores que causan la volatilidad. (2) límites y controles de cada uno de los miembros de la empresa que añaden riesgo al perfil de rendimiento de una compañía. (3) consejos y recomendaciones de gestión relacionados con la exposición adecuada a estos mismos riesgos. (4) programas de contabilidad y compensación que consiguen que los directivos del nivel intermedio se tomen en serio el proceso.
Referencias:
Holiwell, J. (2007): “Riesgo: ¿hay cuerda suficiente para colgar el negocio?, en Máster en Finanzas, Ediciones Deusto, pp. 388-393, España.
Santomero, A. y Babbel, D.F. (1997): “Financial risk management by insurers: an analysis of the process”, Journal of Risk and Insurance, Junio.
Santomero, A. (1997): “Commercial banks risk management an analysis of the process”, Journal of Financial Services Research, Junio.
Por otra parte, nunca es sencillo establecer guías eficaces, y hasta en el caso de una transacción sencilla, la variedad de exposiciones puede ser extensiva. Por ejemplo, un exportador que necesite pedir un préstamo de financiamiento denominado en moneda extranjera, tiene que plantearse el riesgo de incumplimiento del crédito, el riesgo de tipo de cambio, el riesgo de financiación y el riesgo del tipo de interés. Las permutaciones son infinitas y los costes de transacción de la cobertura de riesgo para reducir o eliminar cualquier exposición posible podrían tragarse exponencialmente todos los beneficios del trato.
Aunque es posible que las pérdidas sean cuantiosas, el número potencialmente infinito de combinaciones de riesgo implica que las habilidades necesarias para tomar buenas decisiones suelen ser cualitativas. Hasta una computadora programada para tener en cuenta todas las permutaciones de riesgo concebibles hay que enseñarle qué nivel de exposición es el aceptable. Cualquier programa es sólo tan bueno como los parámetros y datos introducidos por personas que, a la vez, han estado condicionadas por la experiencia y el amplio conocimiento del tema.
Para una gestión eficaz del riesgo se tiene que pensar en lo impensable. Para estar dentro del negocio, debe de tomar decisiones que implican riesgo. Independientemente de que las herramientas de que dispone sean muy sofisticadas, nunca puede esperar cubrir todos los imprevistos. Pero las sorpresas desagradables deberían de mantenerse al mínimo.
Como señala Holliwell (2007) “Los principios para lograrlo son bastante sencillos, pero a menudo no se ponen en práctica. Fije unos límites, supervise las exposiciones, tenga unas líneas claras, separe el frente de contratación del administrativo y controle la retaguardia, y asegúrese de que todo se somete a dos pares de ojos”.
Para lograrlo, se requiere un sistema de gestión de riesgo que calcule, controle y supervise estos riesgos. Además, se tiene que tener un registro de todas las personas que son responsables de controlar el conjunto complejo de riesgos que tienen un impacto sobre el rendimiento de una empresa.
Por otra parte, un sistema de gestión de riesgo, empieza con una identificación detallada de las causas de la volatilidad, los factores que provocan la variación de rendimientos. Después, los riesgos que se han identificado deben de gestionarse activamente. Estudios como el de Santomero y Babbel (1997) y Santomero (1997) catalogan los procedimientos usados para la identificación del riesgo y estrategias de gestión de riesgo. Esto se cumple a través de procedimientos estandarizados que miden, supervisan y limitan el riesgo de una actividad con el fin de reducir el riesgo. Este tipo de sistemas suelen incluir cuatro partes: (1) normas e informes, que identifican, calculan y supervisan los factores que causan la volatilidad. (2) límites y controles de cada uno de los miembros de la empresa que añaden riesgo al perfil de rendimiento de una compañía. (3) consejos y recomendaciones de gestión relacionados con la exposición adecuada a estos mismos riesgos. (4) programas de contabilidad y compensación que consiguen que los directivos del nivel intermedio se tomen en serio el proceso.
Referencias:
Holiwell, J. (2007): “Riesgo: ¿hay cuerda suficiente para colgar el negocio?, en Máster en Finanzas, Ediciones Deusto, pp. 388-393, España.
Santomero, A. y Babbel, D.F. (1997): “Financial risk management by insurers: an analysis of the process”, Journal of Risk and Insurance, Junio.
Santomero, A. (1997): “Commercial banks risk management an analysis of the process”, Journal of Financial Services Research, Junio.
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