Sueños y locura: Magia, misterio y filosofía
Ayer por un fallo, no se publicó bien.
A continuación les dejo el texto de una novela, que invita a la reflexión acerca del pensamiento humano, una mezcla entre filosofía y ciencia, espero que les guste:
Ender va a venir a vernos
Viene y me habla constantemente
Nosorros podemos hablar directamente con su mente. Pero insiste en venir. No siente que está hablando con nosotros a menos que nos vea. Cuando conversamos a distancia, le resulta más difícil distinguir entre sus propios pensamientos y los que ponemos en su mente. Por eso viene.
¿Y no os gusta?
Quiere que le demos respuestas y nosotros no conocemos ninguna.
Sabéis todo lo que saben los humanos. Salisteis al espacio, ¿no? Ni siquiera necesitáis sus ansibles para hablar de un mundo a otro.
Estos humanos están tan ansiosos de respuestas... Tienen tantas preguntas...
También nosotros tenemos preguntas.
Ellos quieren saber por qué, por qué, por qué. O cómo. Todo está ligado en un bonito fardo compacto como una crisálida. Nosotros sólo hacemos eso cuando nos metamorfoseamos en reino.
Les gusta entenderlo todo. Pero ya sabes que lo mismo nos sucede a nosotros.
Sí, os gusta considerar que sois igual que los humanos, ¿verdad? Pero no sois como Ender. Ni como los humanos. Él tieneque conocer la causa de todo, tiene que hacer uno historia acerca de todo y nosotros no conocemos ninguna historio. Conocemos recuerdos. Sabemos cosas que ocurren. Pero no sabemos por qué pasan, no de la forma que él quiere.
Por supuesto que lo sabéis.
Ni siquiera nos importa el porqué, como les sucede a esos humanos. Descubrimos cuanto, necesitamos saber para conseguir algo, pero ellos siempre quieren averiguar más de lo que necesitan saber. Después de poner algo en funcionamiento, aún desean saber por qué funciona y por qué funciona la causa de su funcionamiento.
¿No somos nosotros así?
Tal vez lo seréis cuando la descolado deje de afectoros.
O tal vez seremos como vuestras obreras.
Si lo sois, no os importará. Todas son muy felices. Lo inteligencia os hace desgraciados. Los obreros tienen hambre o no lo tienen. Experimentan dolor o no lo experimentan. Nunca sienten curiosidad, ni decepción, ni angustia, ni vergüenza. Y con respecto o esos sentimientos, los humanos hacen que vosotros y yo parezcamos obreras
Creo que no nos conoces lo suficiente para comparar.
Hemos estado dentro de vuestro cabeza y dentro de la de Ender, y también hemos estado dentro de nuestras propias cabezas durante mil generaciones. Esos humanos hacen que parezca que estamos dormidos. Incluso cuando ellos están dormidos, no lo están. Los animales terrestres hacen esa cosa dentro de su cerebro, una especie de loca eclosión de sinopsis, controlado descabelladamente. Mientras duermen. La parte de su cerebro que registra la visión, o el sonido, se dispara cada par de horas mientras duermen: incluso cuando todos las visiones y sonidos son completos tonterías aleatorios, sus cerebros siguen intentando descifrarlos para convertirlas en algo sensato. Intentan sacar historias de ello. Son tonterías aleatorias sin ninguna correlación posible con el mundo real, y sin embargo los convierten en locas historias. Luego las olvidan. Todo ese trabajo, elaborando historias, y cuando se despiertan los olvidan casi todos. Pero cuando los recuerdan, intentan formar historias sobre esas locuras, intentando encajarlos en sus vidas reales
Conocemos sus sueños.
Tal vez sin la descolado vosotros también soñaréis.
¿Por qué íbamos a querer hacerlo? Como dices, es absurdo. Conexiones aleatorias de las sinopsis de las neuronos de sus cerebros.
Están practicando. Lo hacen constantemente. Inventan historias. Hacen conexiones. Sacan un sentido a lo absurdo.
¿De qué sirve, si no significa nada?
Es así, sin más. Tienen un ansia que nosotros ignoramos por completo. El ansia de respuestas. El ansia de buscar sentidos. El ansia de historias.
Nosotros tenemos historias.
Recordáis hechos. Ellos los inventan. Cambian lo que significan las historias. Transforman las cosas para que el mismo recuerdo signifique mil cosas distintas. Incluso de sus sueños aleatorios obtienen a veces algo que lo ilumina todo. Ningún ser humano posee una mente como la vuestra. Ni como la nuestra. Nada tan poderoso. Y sus vidas son breves, y desaparecen rápidamente. Pero en un siglo suyo encuentran diez mil significados por cada uno que descubrimos nosotras.
La mayoría son equivocados.
Aunque la vasta mayoría de ellos sea un error, aunque el noventa y nueve por ciento sea estúpido y equivocado, de diez mil ideas siguen teniendo cien buenas. Es así como compensan su estupidez, la brevedad de su vida y el corto alcance de su memoria.
Sueños y locura.
Magia, misterio y filosofía.
¿Cómo puedes decir que nunca pensáis en historias? Acabas de contarme una
Lo sé.
¿Ves? Los humanos no hacen nada que no podáis emular.
¿Acaso no comprendes? He sacado esta historia de lo mente de Ender. Es suya. Y él recibió la simiente de alguien más, de algo que leyó, y lo combinó con sus ideas hasta que todo cobró sentido. Todo está ahí, en su cabeza. En cambio, nosotras somos como vosotros. Tenemos una visión clara del mundo. No tengo ningún problema para abrirme paso en tu mente. Todo está ordenado, y es sensato y claro. Vosotros estaríais igual de cómodos en mi mente. Lo que hay en tu cabeza es la realidad, más o menos, como mejor la entiendes. Pero en la mente de Ender hay locura. Miles de visiones contradictorios, imposibles, en competencia, que carecen de sentido porque no pueden encajar, pero que al final encojan, él las hace encajar, hoy de esta forma, mañana de esto otra, según le convenga. Como si pudiera crear en su cabeza una nueva máquina-idea para cada nuevo problema al que se enfrente. Como si concibiera un nuevo universo donde vivir, uno nuevo a cada hora, a menudo equivocado sin remisión. Acabo cometiendo errores y malos juicios, pero a veces acierta de forma tan perfecto que descubre cosas como un milagro, y yo miro a través de sus ojos y veo el mundo en su nueva forma y todo cambia. Locura, y luego iluminación. Nosotras sabíamos todo lo que había que saber antes de conocer a esos humanos, antes de construir nuestra conexión con la mente de Ender. Ahora hemos descubierto que hay tantos formas de conocer las mismos cosas que nunca las encontraremos todos.
A menos que los humanos os enseñen.
¿Ves? También somos carroñeros.
Tú eres un carroñero. Nosotros somos suplicantes.
Si fueran dignos de sus propias habilidades mentales...
¿No lo son?
Pretenden destruiros, recuerda. Hay muchas posibilidades en su mente, pero siguen siendo, después de todo, individualmente estúpidos y cortos de entendimiento, medio ciegos y medio locos. El noventa y nueve por ciento de sus historias siguen estando equivocadas y los conducen a terribles errores. A veces deseamos poder domarlos, como a las obreras. Lo intentamos con Ender, ya sabes. Pero fue en vano. No logramos convertirlo en una obrera.
¿Por qué no?
Demasiado estúpido. No puede prestar atención el tiempo suficiente. La mente humano carece de foco. Se aburren y se distraen. Tuvimos que construir un puente ante él, usando el ordenador con el que estaba más unido. Los ordenadores..., ésos sí pueden prestar atención. Y su memoria es limpio, ordenado, todo organizado y fácil de encontrar.
Pero no sueñan.
No hay en ellos locura. Lástima.
Texto tomado de: "Ender el Xenocida" (Saga de Ender libro III) de Orson Scott Card
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