L'art est la solution au chaos: Frances Bean Cobain



Frances Bean Cobain, con 19 años recién cumplidos, se ha adelantado a las conjeturas mostrando su renovada imagen al mundo el pasado mes de agosto: esa pitusa redonda con la mirada de pánico de su progenitor se ha transformado en una adelgazada diva de ojos desafiantes. Haciendo gala de su caché, ha escogido a Hedi Slimane (ex director creativo de Dior Homme) para declarar su adultez. En las fotos, colgadas en el blog del diseñador y realizadas sin ningún afán de lucro, Frances Bean parece reconciliarse con su ADN rockero. Su elocuente silencio (apenas ha concedido cinco entrevistas en su vida) obliga a los mitómanos a descifrar su personalidad a través de la tinta que inunda su piel. En los brazos exhibe versos de la canción Grace, publicada por el también malogrado Jeff Buckley en 1994, el mismo año en que falleció su padre, que declaman "Though it's my time coming, I'm not afraid, afraid to die". Y su espalda, junto a la cara tatuada del pionero por los derechos gays Quentin Crisp, proclama "L'art est la solution au chaos".

Un padre que sucumbió al vértigo de ser entronado como icono prematuro de una época. Una madre inestable y aficionada a las broncas por Twitter. Una educación disfuncional que culminó con la solicitud con 17 años de una orden de alejamiento de Courtney Love. Y un patrimonio que podría escapársele si la cantante de Hole, aún despechada con su retoña, aceptara la oferta de vender los derechos del 75% del catálogo que conserva de su difunto por 160 millones de dólares.

Aunque sus padrinos sean Michael Stipe, ex R.E.M., y Drew Barrymore, se mantiene al margen de la música o el cine. Ha catado el periodismo (fue becaria de verano en Rolling Stone) y apuesta por el arte como solución a su caos (en 2010 exhibió sus tétricos dibujos en una galería de Los Ángeles bajo pseudónimo).

Mientras otras se esfuerzan por capitalizar el legado grunge, ella invoca por derecho propio las tormentas de ese pasado fagocitado por la industria de la moda. Y las marcas lo saben. La cuestión es: ¿cuánto tardará en convertirse en material mercantilizado?


Si nunca han escuchado a Jeff Buckley, les recomiendo el álbum Grace, aquí les dejo el single titulado Hallelujah, tema que ha sido muy utilizado tanto en el cine como en la televisión, que lo disfruten.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hallellujah es de Leonard Cohen, no de Jeff Buckley, que sólo la versiona. Hay que tener cuidado con eso.
Mi estimado nunca mencione que es original de Buckley, ya que se que es un cover (versión), solo era una recomendación de un sencillo sacado de dicho álbum y su relevancia en los medios.

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