Esta semana en Europa...



La presión directa de las autoridades europeas -y, sobre todo, la exigencia indirecta del Banco Central Europeo- obligaron ayer a Italia a dar un paso al frente y comprometer una aceleración de su plan de ajuste fiscal. El asedio que ha sufrido el país en los mercados llevó al primer ministro, Silvio Berlusconi, a convocar una apresurada conferencia de prensa para anunciar que el equilibrio de las cuentas públicas se alcanzará en 2013, un año antes de lo previsto, y que se incluirá en la Constitución para asegurar su cumplimiento. En el trasfondo de esa escenificación estaba el órdago que el BCE ha lanzado a Italia. La autoridad monetaria accede a comprar bonos italianos -también españoles- para aliviar los tipos de interés pero a cambio de que ambos países aceleren las reformas como señal de confianza, según informa Reuters.

Berlusconi presentó su nueva estrategia anticrisis después del cierre de los mercados, en un día en el que la distancia entre los bonos italianos y los alemanes a 10 años superó la de España, exponiendo más que nunca la tercera economía de la zona euro al riesgo de una bancarrota por impago.

El plan Marshall para la economía italiana responde a la prisa que el BCE pidió a Roma, prometiendo, a cambio, comprar algo de su deuda soberana, antes de que los títulos de Estado se conviertan en papel mojado. La autoridad monetaria, según fuentes citadas por Reuters que exigen anonimato, pidió un gesto de aceleración de las reformas fiscales y estructurales antes del fin de semana para empezar ya la semana que viene con la compra de bonos, tanto italianos como españoles. Las comisiones parlamentarias en Italia empezarán a trabajar también a partir de la semana que viene, renunciando finalmente a las vacaciones, otro gesto de que el país trabaja para garantizar su futuro.

Si la presión del BCE es soterrada, quien sí respaldó con nombre y apellido ese llamamiento fue el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios. Olli Rehn verbalizó sus demandas por la mañana al instar a Roma a tomar medidas urgentes, "aunque no haya ningún plan preparado para rescatar ni Italia ni España", subrayó.

"No se trata de un nuevo plan de ajuste; las instituciones europeas ya aprobaron la implantación del que presentamos a mediados de julio. Sin embargo, la situación recomienda apretar los tiempos", explicó horas después Giulio Tremonti, ministro de Economía, que presentó las medidas junto al jefe del Ejecutivo, aunque debilitado por un escándalo de corrupción que merma su credibilidad.

"Es muy bueno el adelanto de 12 meses, significa que por fin se asumen responsabilidades y no se descarga el peso de la crisis en el próximo Gobierno que saldrá elegido en 2013", comenta Franco Bruni, catedrático de Política monetaria internacional en la prestigiosa Universidad Bocconi. "Queda por ver cómo van a lograr el déficit cero un año antes. De momento no me parece que lo hayan detallado con rigor", abunda.

Las intervenciones anunciadas ayer son esencialmente actualizaciones de las ya contenidas en el paquete de julio. Por eso hay desconcierto sobre cómo el Ejecutivo va a lograr su objetivo de aplanar el Presupuesto un año antes.

"El Gabinete aprobará una reforma del mercado de trabajo", prometió Tremonti, repitiendo algo que lleva varios años en el aire sin concretarse. "Tenemos un importante borrador listo. Lo vamos a someter a los agentes sociales y luego al Senado", prometió. Dos reformas afectarán a la Constitución: una obliga a elaborar los Presupuestos con déficit cero. Otra, "la madre de todas las liberalizaciones", según la definió Tremonti, cambia el artículo 41 para liberalizar ciertas actividades profesionales excesivamente reguladas. El Gobierno ya lo intentó en el duro ajuste fiscal aprobado hace menos de un mes, pero finalmente renunció ante las presiones de los profesionales.

"Italia necesita una buena liberalización como agua de mayo", dice Carlo Secchi, catedrático de Economía pública y exrector de la Universidad Bocconi de Milán. "Nuestra economía está escayolada, demasiado corporativa, con todos los gremios y pequeños grupos de interés que obstaculizan el normal comportamiento del mercado", añadió, asegurando que no se puede esperar más para convencer a las Bolsas, pues la deuda italiana alcanza el 120% del PIB.

Como gesto a la galería, los diputados y senadores no se irán de vacaciones. Aunque no será eso lo único que les afectará, ya que el Ejecutivo planea también recortar los salarios de los cargos electos y las subvenciones a los partidos. "El recorte de los gastos de la política, es decir la burocracia, los coches oficiales y otros excesos por el estilo, no es algo que pueda anular la deuda, pero no se trata solo de una medida aleatoria. Es un bálsamo psicológico que intenta lanzar a los mercados y a los ciudadanos una señal de determinación a salir de la crisis", considera Secchi.

Entre medidas psicológicas y reales, Berlusconi y su ministro intentan tranquilizar a los mercados y sobre todo complacer el BCE. No es un detalle menor que Mario Draghi, actual gobernador del Banco de Italia, sea el próximo presidente del BCE. En los últimos 10 días se reunió dos veces con Giorgio Napolitano, presidente de la República.

Antes que el BCE, empresas y sindicatos habían solicitado al Gobierno el jueves dejarse de escusas y actuar rápido. "Cuando la casa se está quemando, el factor decisivo es el tiempo", señala Fabrizio Fourquet de Il Sole 24 ore.

Los movimientos apresurados de los diferentes líderes europeos reflejaban a las claras que la situación es más que grave. Además de anunciar la intensificación de los recortes, Berlusconi adelantó una "inminente" reunión que celebrará el G-7 -el grupo de los siete países más industrializados, entre los que figura Italia- para tratar de parar la especulación. La decisión se adoptó tras una conversación telefónica que mantuvo ayer Berlusconi con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, según explicó el dirigente italiano. A última hora de la tarde tambiéntenía previsto hablar con el presidente estadounidense, Barack Obama. La implicación de Obama evidencia que la crisis de deuda desborda las fronteras y amenaza la recuperación mundial. La canciller alemana, Angela Merkel, también telefoneó ayer a Berlusconi, Sarkozy el el primer ministro británico, David Cameron.

En el otro foco de tensión, España, también se sucedieron las conversaciones. Además de hablar con Berlusconi, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llamó al presidente francés, Nicolas Sarkozy. Con el mandatario francés, Zapatero coincidió en la necesidad de aplicar "lo antes posible" el reforzado fondo europeo de rescate, según un comunicado divulgado por La Moncloa. Respecto a la conversación con Berlusconi, el Gobierno destacó que ambos mandatarios creen "poco comprensibles las fuertes fluctuaciones y los movimientos especulativos de los mercados de deuda soberana".

Las medidas del plan pactado con Bruselas en julio pasado:

- El 14 de julio, el Senado italiano dio luz verde a un plan de ajuste de las cuentas públicas de 79.000 millones de euros. Lo hizo por 161 votos a favor, 135 en contra y tres abstenciones. El 60% del ahorro, según denunciaron los sindicatos, descansaba en el aumento de impuestos.

- El ministro de Economía, Giulio Tremonti defendió el ajuste con una frase rotunda: "Si cometemos errores, pasará como en el Titanic, no se salvarán ni los pasajeros de primera clase".

- El plan centró el esfuerzo en las clases más débiles y recibió numerosas críticas al posponer la mayor parte del esfuerzo a los años 2013 y 2014.

- Reforma de la Constitución. Italia introducirá una "regla de oro" que exigirá el equilibrio de las cuentas públicas.

- Subida de impuestos. Las tasas por familia y año aumentarán entre 1.200 y 1.800 euros.

- Recorte de las 438 desgravaciones y deducciones fiscales que existen en el país.

- Las deducciones por hijos a cargo, minusvalías, familias numerosas, servicios de guardería disminuirán (5% en 2013 y 20% en 2014).

- Recorte del gasto sanitario de 8.700 millones.

- Recorte de los gastos de los entes locales por importe de 21.600 millones.

- Copago sanitario. Los italianos pagarán 10 euros por acudir a un especialista y 25 euros por las urgencias que no requieran ingreso hospitalario.

- Recorte de la cuantía de las pensiones. Las superiores a 90.000 euros anuales se reducirán un 5%. Las de más de 150.000 euros, un 10%.

- Retraso en la edad de jubilación. Para jubilarse de forma anticipada, se exigirán 40 años cotizados. A partir de 2013, de forma escalonada, se retrasa en tres meses la edad de retiro (65 años para hombres y 60 mujeres).

- El plan ajuste se dividía en cuatro plazos: 3.000 millones de euros de recortes en 2011, 6.000 millones en 2012 y 25.000 y 45.000 millones respectivamente en 2013 y 2014. Ahora los plazos se acortarán.


"Italia está obligada al impago, pero España puede salir de esta sin recurrir a ello". Esta es la conclusión a la que llega el laboratorio de ideas Centre for Economics and Business Research (CEBR) después de analizar las posibilidades de ambos países de dejar atrás los problemas que sufren en los mercados de deuda.

Para España, incluso en el peor de los escenarios, su deuda pública no llega a superar el 75%, aunque no está exenta de riesgos. Sobre todo por parte de su sector financiero, ya que si aumentan las pérdidas por su inversión inmobiliaria y precisan de ayuda pública, la cifra aumentaría.

Para Italia, las conclusiones son diferentes. "La posición de salida de su deuda es mucho peor -un 120% del PIB- y si los mercados continúan forzando al país a financiarse a unos intereses del 6%, alcanzará el 150% en 2017", advierte. Además, según añade el informe, firmado por el director ejecutivo de CEBR, Douglas McWilliams, "incluso si los intereses volvieran a un interés del 4%, sus tasas de crecimiento serían demasiado anémicas como para impedir que su pasivo baje del 123% en 2018".

En cualquier caso, añade el texto, "estas distinciones basadas en factores económicos y matemáticos quedarían sin efecto en caso de que uno solo de los países del euro entre en suspensión de pagos". En su opinión, si eso acabara ocurriendo, no solo estaría en riesgo el futuro de los periféricos, sino el de la propia divisa.


España ya ha hecho la mayor parte de reformas que exigían la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y los mercados. Pero, de momento, no les basta. Quieren ver cómo evolucionan. Y, sobre todo, exigen que se acelere su aplicación y se puedan palpar ya sus efectos. "España se ha comprometido con medidas amplias. Ha avanzado de manera importante en la consolidación fiscal, la reestructuración del sector bancario, la reforma de las pensiones y las reformas laborales pero, aunque muchas de las reformas ya están en curso, su implementación contundente es primordial", reclamó el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.

A esta exigencia se sumó horas más tarde, José Manuel González-Páramo, miembro de Consejo de Gobierno del BCE. "No es tiempo de vacaciones. Es urgentísimo actuar de una manera muy decidida, manifestando un compromiso inflexible [...] con la necesidad de reformar las economías", declaró en la Cadena Ser. Para el caso español, González-Páramo se refería especialmente al control del gasto público: "Es tradicional que el Estado haga un hueco para las desviaciones [de gasto] regionales. Pero habrá un momento en que esto no pueda ser así".

También Rehn tenía en el punto de mira de sus palabras al gasto autonómico al hablar de España: "Hace falta que los planes se pongan en marcha de manera muy rigurosa, especialmente a nivel regional".

Con estas declaraciones, Bruselas y Fráncfort meten presión para que España no baje la guardia con el gasto y las reformas. Más allá de las desavenencias internas que impidieron al BCE comprar deuda de forma significativa para contener la crisis de deuda, la autoridad monetaria europea también reclama a los países afectados que cumplan con sus exigencias para dar ese paso. "El BCE está listo para hacer los esfuerzos necesarios para ayudar en esta situación, pero es necesario que los países adopten medidas, si no sería como echar agua en un cubo con agujeros", aclaró Luc Coene, gobernador del Banco Nacional de Bélgica.

Este escenario lo que hace es presionar al Gobierno español ante el Consejo de Ministros del próximo 19 de agosto, para el que Zapatero ha anunciado nuevas medidas de ajuste.

De cumplirse las condiciones exigidas a España e Italia, es probable que si se llega a una situación extrema, el BCE intervenga de forma abierta en los mercados de deuda. Esto sería, a priori, un calmante pasajero de la crisis hasta que entre en vigor el fondo de estabilización. Para tranquilizar a los mercados, Rehn afirmó que esto "es cuestión de semanas, no de meses". Con el mismo objetivo, descartó que España o Italia vayan a necesitar el rescate financiero de la UE y del FMI. "No, no creo que España e Italia vayan a necesitar un programa especial porque las bases de sus economías no lo justifican", sentenció.

Comentarios finales:

1) Veo muy favorable la predisposición de Italia para enfrentar constitucionalmente la crisis.

2) Italia hará y dejará las reformas necesarias antes del cambio de gobierno, cosa que dudo mucho que haga España, Zapatero va de salida y no ha hecho (ni hará ya) nada relevante en materia económica efectiva, puros parches y derroches inservibles para la economía española mermándola aún más…

3) Agosto son vacaciones en Europa, que países en el mundo se permiten no trabajar (o trabajar lo más mínimo) porque nos vamos de vacaciones, me gusta el gesto de carácter urgente en Italia de reunirse ya, porque entre más pronto mejor – los españoles siguen de vacaciones…

4) Unos líderes mundiales se comunican para reunirse para tratar de parar la especulación, mientras tanto Zapatero sigue preocupado por su fondo de rescate para España…

5) Las medidas económicas italianas, aunque severas en principio, y que es innegable que afectaran a las clases sociales más vulnerables, me parecen de lo más adecuadas – España no ha querido recortar el gasto social de peso y al final terminará en quiebra (seguridad social y seguro de desempleo sumamente deficitarios).

6) El riesgo de España se disparará exponencialmente, una vez que empiece el impago de las hipotecas, quebrando gran parte de su sistema financiero.

7) España debe de ser contundente con las reformas y las medidas, que serán duras, porque ya no puede ser así (que el Estado haga hueco para las desviaciones regionales) enfocándose en el cumplimiento riguroso de las economías regionales (no se endeuden más las comunidades autónomas, que la deuda de Cataluña no la pagan solo los catalanes, sino todos los españoles – Canarias incluido).

8) Habrá que estar al pendiente de las 9 medidas nuevas de Zapatero el 19 de agosto, a ver que saca de la chistera esta vez…

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