Polemico pacto militar entre Colombia y EE.UU.

EFE, Bogotá (Sábado 31 de octubre de 2009)

Colombia y EEUU firmaron ayer un acuerdo que facilita el acceso a soldados y asesores estadounidenses a siete bases militares colombianas cuya negociación desató las críticas de varios gobiernos latinoamericanos. El documento fue suscrito en un acto privado por el ministro colombiano de Exteriores, Jaime Bermúdez, y el embajador estadounidense en Bogotá, William Brownfield.

Los soldados estadounidenses desplazados a Colombia no superarán los 800 y los civiles contratados los 600, número que fue autorizado en el año 2000 con la firma del Plan Colombia, estrategia de lucha antidrogas que luego se amplió a la guerra contra las FARC.

"El objetivo de este acuerdo no es aumentar el número de personal militar de EEUU", dijo ayer Bermúdez. Declaró que la cifra de estadounidenses en Colombia no llega ahora a 220 militares y 400 civiles contratados, y que se espera que ese número se reduzca porque el convenio trata sobre todo de asuntos de cooperación técnica.

"No vamos a ver un número inusitado de personal militar norteamericano, ni aviones norteamericanos en exceso. No va a haber personal de combate con carácter ofensivo de EEUU", agregó. La base aérea de Palanquero, en el centro de Colombia, será el eje de las siete instalaciones a las que los militares de EEUU tendrán acceso, según detalles del acuerdo anticipados por ambos gobiernos.

Vigencia de diez años

Las unidades militares establecidas en el acuerdo son las bases del Ejército en Larandia (sur, departamento de Caquetá), y la de Tolemaida (centro, Cundinamarca); las aéreas de Malambo (norte, Atlántico), Palanquero (centro, Cundinamarca) y Apiay (Meta, sur), así como en las navales de Cartagena (norte) y Málaga, en el Pacífico.

El documento establece que los norteamericanos podrán utilizar las unidades que requieran para las actividades contra el narcotráfico y el terrorismo previstas en este acuerdo, con una vigencia de diez años "renovables". Bermúdez subrayó que las operaciones que se lleven a cabo de forma conjunta estarán restringidas al territorio colombiano, y que el acuerdo se hará público porque "Colombia no tiene ningún problema en que se conozcan los detalles".

Los presidentes de Venezuela, Chávez; de Ecuador, Correa, y de Bolivia, Morales, cuestionan el convenio por considerarlo un riesgo y una amenaza "contra la soberanía y la estabilidad de Suramérica".

Esto en principio pondrá más paranoico a Hugo Chávez, por otra parte hay que temer más del número de civiles en bases militares que de los propios militares estadounidenses (los mejores "espías" en realidad no son agentes militares de élite, sino civiles entrenados con un alto perfil profesional y cultural - estudios, idiomas, razonamiento, ingenio, etc.).

Este triángulo amoroso entre EE.UU., Colombia y Venezuela podría terminar en algo como: "El Hombre que fue Jueves" de G.K. Chesterton.