En el ojo del huracán

A partir de 1 de julio hasta el 31 de agosto, en España es oficialmente (y por ley) la temporada de Rebajas. Esto tiene la finalidad de que las empresas consigan liquidez suficiente para la adquisición de mercancías de nueva temporada, ya que de por si las ventas en verano son difíciles (gastos derivados en las familias por concepto de vacaciones y regreso a clases) y se logra también evitar al máximo mermas en el stock del inventario (que supone también un coste).
Lo normal, es que existan dos etapas de rebajas en la primera fase los descuentos oscilan entre el 20 y el 40%, en la segunda fase hasta el 75% según la empresa. Hay también empresas que por razones de prestigio no hacen descuentos ni rebajas.
Las Cámaras de Comercio, esperaban vender durante este verano lo mismo que se vendió durante la temporada 2009. Los empresarios, que no son tan positivos como sus Cámaras, no se confiaron en las estadísticas, y empezaron con una campaña agresiva de precios: Desde el 30%, 50% y hasta el 75% directamente.
En otros tiempos, las tiendas estarían aglomeradas, pero la realidad de esta crisis se refleja en lo flojo que se esta comportando el mercado durante estas rebajas, aunado que las mismas empresas (sea SPF, C&A, etc.) se encuentran trabajando con los mínimos de personal.
Esto para mí es solo el ojo del huracán, ya que lo más fuerte es lo que vendrá para septiembre, el quiebre de empresas que no sobrevivieron a las rebajas, las familias gastadas de vacaciones y el fuerte golpe que representa el regreso a clases. Algo que podría aminorar los efectos de la crisis en la cuesta de septiembre y podría beneficiar a las familias y empresas, sería una política gubernamental similar a la aplicada en el estado de Texas, EUA, que durante un período determinado no se cobran impuestos para incentivar el consumo y reducir el gasto de las familias. Dicha iniciativa que tiene años operando en Texas, será copiada este año, por 15 estados más de la Unión Norteamericana. Cada estado decidirá que artículos serán excluidos de la carga tributaria durante los días designados por cada gobierno y los montos límite, los productos habituales suelen ser: ropa, útiles escolares, libros, zapatos, y en algunos casos computadoras y equipos relacionados.
De momento, me pregunto yo, que tan difícil es que esto lo puedan aplicar otros gobiernos en estos tiempos tan interesantes?

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