Terror y caos para imponer el orden
Foto: La ministra de Trabajo, Elsa Fornero,
rompe a llorar en la conferencia de prensa en que se anunciaron las medidas, en Roma.
PIER PAOLO CITO (AP)
El maestro del miedo
Mario Monti es un maestro del miedo. Lo maneja a la perfección. Triunfe o fracase, cuando desde el futuro volvamos la mirada hacia la Italia de nuestros días y estudiemos su sorprendente ascensión al poder, solo podremos explicarla teniendo muy presente ese factor tan poderoso como invisible. Es verdad que, bajo el contexto de la crisis, el nuevo jefe del Gobierno llegó hace tres semanas a su puesto gracias a que Berlusconi se convirtió en una vergüenza para su país, a que Merkel, Sarkozy y -sobre todo- los poderosos dueños del dinero confiaron en él; a que, en fin, el presidente Giorgio Napolitano abandonó su labor de oráculo y ejecutó un golpe de mano que también valdrá la pena estudiar. Pero, sin su maestría para modelar a su antojo el miedo ajeno, todo le hubiera resultado más difícil.
Utilizando las palabras justas, sin alzar el tono, el jefe de los tecnócratas ha sembrado en la conciencia general un dilema brutal: o yo o el caos. De tal forma que, salvo excepciones, los otrora estrepitosos políticos italianos no solo han aceptado ser relevados por un Gobierno que no pasó por las urnas, sino también respaldar un duro ajuste que jamás ellos se hubieran atrevido a insinuar. Pero hay más. Los sindicatos protestan por los recortes sociales, pero su queja -que en otros momentos hubiera colapsado el país- apenas se acercó a un ladrido lastimero sin amenaza de mordisco. Nadie habló de la posibilidad de una huelga.
El miedo, eficazmente manejado, se convirtió ayer, como hace tres semanas durante su asalto al poder, en un poderoso antídoto contra cualquier protesta. El profesor, sin torcer el gesto, no solo exige a Italia una respuesta a su pregunta -el caos o yo-, sino que la quiere ya.
Ver nota completa: Monti impone un severo ajuste a Italia (El País, 04/12/11)
Por otra parte, El secretario del Tesoro de EE UU viaja a Europa para urgir una acción decidida: Timothy Geithner se reunirá esta semana con Sarkozy (Francia), Monti (Italia), Rajoy (España) y Draghi (Alemania):
"Como Wall Street, defiende un papel más activo del BCE, como hizo la Reserva Federal. La Casa Blanca confía en que Europa hará "todo lo necesario" para que el euro no se parta."
En otros asuntos, pero no por eso menos interesantes: La tesis de Saif Gadafi en la LSE: El éxito de una intervención militar solo se puede medir si ese Estado acaba mejorando. Por Timothy Garton Ash (catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford e investigador titular en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford).
Mario Monti es un maestro del miedo. Lo maneja a la perfección. Triunfe o fracase, cuando desde el futuro volvamos la mirada hacia la Italia de nuestros días y estudiemos su sorprendente ascensión al poder, solo podremos explicarla teniendo muy presente ese factor tan poderoso como invisible. Es verdad que, bajo el contexto de la crisis, el nuevo jefe del Gobierno llegó hace tres semanas a su puesto gracias a que Berlusconi se convirtió en una vergüenza para su país, a que Merkel, Sarkozy y -sobre todo- los poderosos dueños del dinero confiaron en él; a que, en fin, el presidente Giorgio Napolitano abandonó su labor de oráculo y ejecutó un golpe de mano que también valdrá la pena estudiar. Pero, sin su maestría para modelar a su antojo el miedo ajeno, todo le hubiera resultado más difícil.
Utilizando las palabras justas, sin alzar el tono, el jefe de los tecnócratas ha sembrado en la conciencia general un dilema brutal: o yo o el caos. De tal forma que, salvo excepciones, los otrora estrepitosos políticos italianos no solo han aceptado ser relevados por un Gobierno que no pasó por las urnas, sino también respaldar un duro ajuste que jamás ellos se hubieran atrevido a insinuar. Pero hay más. Los sindicatos protestan por los recortes sociales, pero su queja -que en otros momentos hubiera colapsado el país- apenas se acercó a un ladrido lastimero sin amenaza de mordisco. Nadie habló de la posibilidad de una huelga.
El miedo, eficazmente manejado, se convirtió ayer, como hace tres semanas durante su asalto al poder, en un poderoso antídoto contra cualquier protesta. El profesor, sin torcer el gesto, no solo exige a Italia una respuesta a su pregunta -el caos o yo-, sino que la quiere ya.
Ver nota completa: Monti impone un severo ajuste a Italia (El País, 04/12/11)
Por otra parte, El secretario del Tesoro de EE UU viaja a Europa para urgir una acción decidida: Timothy Geithner se reunirá esta semana con Sarkozy (Francia), Monti (Italia), Rajoy (España) y Draghi (Alemania):
"Como Wall Street, defiende un papel más activo del BCE, como hizo la Reserva Federal. La Casa Blanca confía en que Europa hará "todo lo necesario" para que el euro no se parta."
En otros asuntos, pero no por eso menos interesantes: La tesis de Saif Gadafi en la LSE: El éxito de una intervención militar solo se puede medir si ese Estado acaba mejorando. Por Timothy Garton Ash (catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford e investigador titular en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford).
Comentarios