Reseña del artículo Amberg, N. y Friberg, R. (2017). Three Approaches to Risk Management and How and Why Swedish Companies Use Them
Reseña del artículo: Amberg, N. y Friberg, R. (2017). Three Approaches to Risk Management and How and Why Swedish Companies Use Them. Journal of Applied Corporate Finance, 28 (1): 86-94.
Introducción
El trabajo de Amberg y Friberg (2017), tiene como objetivo principal dar respuesta a cómo las empresas gestionan su riesgo a través de tres enfoques: la cobertura operativa, la cobertura financiera y el acceso al financiamiento externo, y porqué toman la decisión de utilizar un enfoque frente a otro. Para dar respuesta a estas preguntas, los autores llevaron a cabo una encuesta a un conjunto heterogéneo de empresas suizas no financieras.
El trabajo resulta de interés, dado que Suiza tiene uno de los sistemas bancarios más eficientes y estables del mundo. De hecho, una parte significativa de su PIB procede de los servicios financieros. Con un sistema bancario desarrollado, es de suponer que en el país, existe una completa y amplia gama de servicios financieros disponibles para las empresas.
Concretamente, las empresas tienen -al menos- dos maneras de tratar de gestionar sus riesgos de mercado. Una de ellas, es utilizar derivados como opciones o futuros para cubrir sus exposiciones. Pero en lugar de, o tal vez junto a, tales coberturas financieras, las empresas también pueden participar en cobertura de tipo operacional. Por ejemplo, pueden localizar sus instalaciones de producción en sus principales mercados extranjeros y así coincidir con las monedas en las que se denominan sus ingresos y costos. Pero también hay una tercera manera, para que las empresas administren sus exposiciones: pueden dejarlas en gran parte o completamente sin protección, al tiempo que tratan de asegurar su acceso al financiamiento externo en caso de eventos en el peor de los escenarios.
Otra de las contribuciones de este trabajo, es la de aportar evidencia sobre la discusión acerca de si la cobertura operativa y la cobertura financiera, son estrategias complementarias o sustitutas. Determinando de esta manera, el papel que tienen estos dos enfoques, sobre las decisiones de los gestores de riesgos en las empresas.
Metodología
El estudio fue llevado a cabo en el año 2014, a 804 empresas no financieras en Suiza, consistió en una encuesta con 24 preguntas, divididas en tres secciones. Las preguntas de la primera y segunda sección abarcan los métodos de gestión de riesgos y los métodos de presupuesto de capital, mientras que las preguntas de la tercera sección se centran en los motivos de las empresas para participar en la gestión del riesgo.
En cuanto a las características de las empresas (tamaño, edad y sector), se tiene que la empresa promedio de la muestra es de tamaño pequeño (menos de 50 empleados), madura (mayor de 20 años) y perteneciente al sector de servicios.
Uno de los aspectos clave del estudio, para que los autores pudieran documentar la importancia que las empresas atribuyen a los diferentes medios de gestión del riesgo, era que las empresas encuestadas tuvieran claro lo que se entiende por riesgo. Así, el cuestionario contenía la siguiente definición para el riesgo: "Los ingresos y costos de una empresa se ven afectados por un gran número de factores, como las tasas de interés, los tipos de cambio, los precios de las materias primas y el clima. También pueden ser acciones de competidores, consumidores o autoridades. En esta encuesta usamos el término riesgo para denotar el efecto en los ingresos y/o costos de cambios inesperados en tales factores".
Por otra parte, la encuesta busca evaluar la importancia de cada uno de los 12 métodos de gestión de riesgos para las empresas. Cada método se clasifica en una de las tres grandes categorías que utilizan los autores para clasificar las prácticas de gestión de riesgos: acceso a financiamiento externo, cobertura operativa y cobertura financiera con derivados.
La categoría acceso a la financiación externa abarca dos alternativas: una estrecha colaboración con los propietarios y los bancos, respectivamente, para que se pueda recaudar fácilmente un nuevo patrimonio o crédito bancario cuando sea necesario.
Los métodos de cobertura operativa consisten en: contratos con proveedores y clientes, respectivamente, que especifican el precio y la duración de la operación durante doce meses o más; uso de múltiples proveedores para la misma entrada para reducir la sensibilidad a las perturbaciones en el nivel de los proveedores individuales; la capacidad de cambiar de proveedor rápidamente para poder obtener el precio más bajo posible en todo momento; flexibilidad en la producción, asegurando que la mano de obra y el proceso de producción, respectivamente, pueden ajustarse rápidamente; y mantener la flexibilidad en las estrategias de precios y/o marketing.
Por último, los métodos de cobertura financiera abarcan todos los tipos de contratos de derivados con el fin de compensar el riesgo (como forwards, futuros, opciones y swaps) y se definen en función de los vencimientos de los contratos de derivados utilizados. Los autores definen un método de cobertura financiera, como el uso de contratos derivados con vencimientos de hasta seis meses, otro como contratos de vencimiento entre seis y doce meses y el último, como contratos con vencimientos de doce meses o más.
La clasificación de los diferentes métodos de gestión de riesgos, muestran que las prácticas de gestión de riesgos más importantes son las relacionadas con el acceso de una empresa a la financiación externa. Siguiendo estas prácticas, se encuentran todos los medios operativos de gestión del riesgo, mientras que los tres métodos de cobertura con derivados terminan en la parte inferior del ranking.
A nivel descriptivo, los autores también encontraron, que las empresas que usan derivados para fines de gestión de riesgos, participan en operaciones de cobertura. Esto apoya la idea de que la operativa de cobertura y la cobertura financiera, son en gran medida complementarias. La principal diferencia entre las pequeñas empresas y las grandes empresas, es que estas últimas tienen más probabilidad que las primeras de ser operativas y financieras (46,6% frente a 24,0%).
Los autores con la finalidad de comprobar si la cobertura operativa y la financiera son realmente complementarias, estimaron un modelo de regresión logit binomial, diseñado para explicar hasta qué punto las empresas utilizan los tres tipos de métodos de gestión de riesgos en función de una serie de características de la empresa. La variable dependiente, es una variable dicotómica de cobertura financiera que toma el valor de uno si una empresa afirma que al menos uno de los tres métodos de cobertura financiera corresponde "bastante bien" o "muy bien" a la práctica de gestión de riesgos en esa empresa, y cero en caso contrario. De la misma manera se construyeron variables dummy para la cobertura operativa y el acceso al financiamiento externo. La variable clave es la sofisticación financiera, que es una variable que toma el valor uno si las empresas utilizan análisis de sensibilidad, métodos de Monte Carlo o lógica de opciones reales, en su presupuesto de capital y cero en caso contrario.
Principales resultados
Los autores encontraron que las empresas financieramente sofisticadas utilizan los tres métodos de gestión del riesgo, incluyendo la cobertura operativa, en un grado considerablemente mayor que las empresas financieramente poco sofisticadas. Por tanto, la gestión del riesgo operacional no es simplemente una segunda mejor estrategia para las empresas que no pueden participar en la gestión del riesgo financiero.
En cuanto a los efectos del tamaño sobre el método de cobertura, las empresas con entre cinco y nueve empleados tienen menos probabilidades de participar en cualquier forma de gestión de riesgos. Pero las empresas con 10-49 empleados no son estadísticamente diferentes de las grandes empresas, en la medida, en que participan en la gestión de riesgos, con una excepción: son aproximadamente 17 puntos porcentuales menos propensos a utilizar derivados con el fin de gestionar los riesgos.
En lo que se refiere a los sectores, las empresas de los sectores primarios, como la agricultura, la silvicultura y la minería, son más propensas a utilizar derivados, lo cual, es lo que cabría esperar, dado que los precios de los productos básicos suelen ser volátiles y existe una gama de productos derivados estandarizados, que permiten cubrir el riesgo de precio de los productos básicos. Por último, es menos probable que las empresas de los sectores de servicios utilicen medios operativos o financieros para gestionar el riesgo. Los autores señalan que esto se puede deber a que los costos de las empresas del sector de servicios, se encuentran dominados por unas cuentas de salarios estables, en mayor medida que en otras industrias, lo que reduciría la necesidad, de al menos, algunas formas de gestión del riesgo.
Estudio complementario
Un aspecto importante del trabajo de Amberg y Friberg (2017), es que presenta una radiografía de empresas de diversos tamaños y sectores, que contribuye a un mejor entendimiento de la cultura de gestión de riesgos en las empresas no financieras.
Sin embargo, un buen complemento al trabajo de Amberg y Frieberg (2017) para un mejor entendimiento sobre la cultura de gestión de riesgos en las empresas de servicios financieros, es la reciente Encuesta Global de Gestión de Riesgo 2017 de Deloitte. La encuesta destaca que casi tres cuartas partes de las empresas de servicios financieros han adoptado programas de gestión de riesgos empresariales, mientras que otro 19% están planeando desarrollar o están en proceso de implementar programas de ERM propios.
Según los resultados de la encuesta de Deloitte, en los próximos dos años, las prioridades de gestión de riesgos más altas en estas organizaciones incluyen: la mejora de los sistemas de información sobre riesgos y la infraestructura tecnológica; impulsar la colaboración entre las unidades de negocio y la función de gestión de riesgos; mejorar la calidad, la disponibilidad y la puntualidad de los datos; atraer y retener profesionales calificados de gestión del riesgo; y establecer e integrar la cultura del riesgo en toda la empresa. Para ayudar a lograr estos objetivos, el 44% de los encuestados espera que el gasto anual de su institución en gestión del riesgo aumentará en un 10% o más durante los próximos dos años, y el 13% espera un aumento de más del 25%.
Concretamente, el estudio realizado por Deloitte (2017) destaca algunos puntos estratégicos que se necesitan resolver:
- Las instituciones se declaran menos efectivas en la gestión de nuevos tipos de riesgos. Nuevos modelos de gestión (40 por ciento), riesgos por terceros (37 por ciento), integridad de datos (32 por ciento) y riesgos geopolíticos (28 por ciento).
- Existen desafíos significativos planteados por los riesgos de datos y los sistemas de Tecnologías de la Información. Aproximadamente la mitad de los encuestados estaban muy preocupados por el riesgo de adaptabilidad de la tecnología a los cambios en los requisitos reglamentarios (52 por ciento), los sistemas heredados y la arquitectura anticuada o los sistemas con un fin de vida (51 por ciento), la incapacidad de responder a peticiones puntuales y ad hoc (49 por ciento) y falta de flexibilidad para extender los sistemas actuales (48 por ciento).
- Con el aumento de los requisitos reglamentarios, ha habido una mayor competencia para los profesionales con habilidades y experiencia en la gestión de riesgos. El 70 por ciento de los encuestados dijo que atraer y retener a los profesionales de la gestión del riesgo con las habilidades necesarias será prioritario para su institución durante los próximos dos años. Actualmente, se necesita una buena combinación de personas con un fuerte bagaje en análisis cuantitativo, especialmente para análisis avanzados y big data.
- Mayor uso de las pruebas de estrés. Los reguladores utilizan cada vez más las pruebas de estrés como una herramienta para evaluar la suficiencia de capital y la liquidez, y el 83 por ciento de las instituciones informó usar pruebas de estrés de capital y de liquidez. Para las pruebas de estrés de capital y de liquidez, las dos cuestiones más frecuentemente calificadas como extremadamente o muy difíciles se refieren a sistemas informáticos y manejo de datos: pruebas de tensión a través de plataformas de Tecnología de la Información y la capacidad para evaluar la calidad y gestión de los datos para los cálculos de las pruebas de estrés.
Como se puede apreciar, los gestores de riesgos en empresas dedicadas a ofrecer servicios financieros, tiene una mayor preocupación en cubrir posibles riesgos relacionados principalmente en cuestiones vinculadas a las nuevas exigencias regulatorias y el uso de FinTech. Caso contrario de los gestores de riesgos en empresas no financieras, que tienen un mayor interés en cubrir riesgos estrechamente relacionados con el riesgo de financiamiento externo y el riesgo operacional.
Conclusiones
Las principales conclusiones a las que se llegan en el trabajo de Amberg y Freiberg (2017) son: las empresas suecas señalaron que la cooperación estrecha con los bancos y los propietarios, para asegurar el acceso a la financiación externa, es el método más importante de gestión de riesgos. Los encuestados indicaron además, que los medios operativos son más importantes que los instrumentos financieros para gestionar los riesgos. Una razón probable para esto es que, para la mayoría de las empresas, las principales fuentes de riesgo son muy difíciles de cubrir con cierto grado de precisión utilizando instrumentos financieros. Por otra parte, para una empresa cuyo principal objetivo en la cobertura, es eliminar la posibilidad de caídas de efectivo, que podrían forzar recortes en inversiones prometedoras, la incertidumbre sobre la fuente y el tamaño de las pérdidas potenciales, no debe impedir que la empresa utilice cobertura financiera en absoluto.
En general, las conclusiones tanto del estudio de Amberg y Freiberg (2017) como el de Deloitte (2017), muestran que existen muchas maneras diferentes de gestionar el riesgo, y que la elección de métodos y herramientas, dependerá de las fuentes y el alcance de los riesgos, así como de las capacidades y circunstancias de las propias empresas.
Este tipo de estudios aplicados por países, resultan de utilidad para conocer más sobre los métodos y herramientas que utilizan los gestores de riesgos en las empresas, lo cual permite identificar las necesidades específicas en materia de nuevas competencias y habilidades que demandan los especialistas, que les permitan poder adaptarse y actualizarse frente los nuevos retos que exigen la administración de riesgos.
En definitiva, nos enfrentamos a nuevos riesgos que resultan más inciertos de lo que han sido en años pasados, tal vez la lección más importante, es que muchos programas de gestión de riesgos deben de adquirir la agilidad necesaria, para responder con flexibilidad a un nuevo conjunto de exigencias de los practicioners en materia de gestión del riesgo.
Referencias
- Amberg, N. y Friberg, R. (2017). Three approaches to risk management and how and why Swedish companies use them. Journal of Applied Corporate Finance, 28 (1): 86-94.
- Deloitte (2017). Global risk management survey, 10th edition, 76 págs.
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