Involución de las capacidades
Con el estreno de la película Lucy del cineasta francés Luc Besson e interpretada por la actriz Scarlett Johansson, con la ayuda de una droga la protagonista libera el 90% de las capacidades del cerebro, alcanzando así, superpoderes físicos y mentales, basado en el famoso míto de que solo usamos el 10% de la capacidad de nuestro cerebro.
Dicha falsa afirmación, se le atribuye a Albert Einstein, otro aspecto que también es rotundamente falso, ¿Realmente sólo usamos el 10% de nuestro cerebro?
El mito nace al parecer a la mala interpretación de algunos artículos científicos del siglo pasado:
El psicólogo y filósofo estadounidense William James escribió en el libro "Las energías de los hombres" que hacemos "uso solamente de una pequeña parte de nuestros posibles recursos mentales y físicos". Era optimista y pensaba que la gente podía lograr más, pero él no se refiere al volumen del cerebro ni a la cantidad de las células, tampoco da un porcentaje específico.
La cifra del 10% aparece mencionada en el prólogo de la edición de 1936 del popular libro de Dale Carnegie "Cómo ganar amigos e influir sobre las personas", y a veces hay gente que dice que Albert Einstein fue la fuente. No obstante, Della Sala ha tratado de encontrar esa cita y ni siquiera los que trabajan en el archivo de Albert Einstein la han podido hallar. Así que parece ser otro mito.
Hay dos fenómenos que quizás expliquen el malentendido.
Nueve de cada diez células en el cerebro son lo que se denomina neuroglias o células gliales, que son células de apoyo y proveen asistencia física y nutricional al otro 10% de las células, las neuronas, que se encargan de "pensar".
Así que quizás la gente oyó que sólo el 10% de las células se ocupa del trajín duro y asumió que se podían aprovechar las neuroglias también. Sólo que esas células son totalmente distintas y no se podrían de repente transformar en neuronas para darnos más potencia mental.
La cifra del 10% aparece mencionada en el prólogo de la edición de 1936 del popular libro de Dale Carnegie "Cómo ganar amigos e influir sobre las personas", y a veces hay gente que dice que Albert Einstein fue la fuente. No obstante, Della Sala ha tratado de encontrar esa cita y ni siquiera los que trabajan en el archivo de Albert Einstein la han podido hallar. Así que parece ser otro mito.
Hay dos fenómenos que quizás expliquen el malentendido.
Nueve de cada diez células en el cerebro son lo que se denomina neuroglias o células gliales, que son células de apoyo y proveen asistencia física y nutricional al otro 10% de las células, las neuronas, que se encargan de "pensar".
Así que quizás la gente oyó que sólo el 10% de las células se ocupa del trajín duro y asumió que se podían aprovechar las neuroglias también. Sólo que esas células son totalmente distintas y no se podrían de repente transformar en neuronas para darnos más potencia mental.
Otra explicación desde el punto de vista evolutivo: ¿Es cierto que usamos solo el 10% de nuestra capacidad cerebral?
El cerebro humano consume el 14 por ciento de la energía total de cuerpo a pesar de constituir solo el 3 por ciento del mismo. Aunque esta cifra pueda parecer reducida, comparativamente hablando, somos macrocefálicos (lo seríamos más aún de no ser por la estructura plegada de la corteza cerebral). Por esta razón, abandonamos el útero materno antes de estar plenamente preparados para sobrevivir por nuestra cuenta; de seguir desarrollándonos en su interior, nuestra cabeza no pasaría a través del cuello uterino. Su dimensión es costosa para la supervivencia, ya que puede poner en riesgo la vida de la madre y el hijo durante el parto. Desde el punto de vista evolutivo, carece de sentido correr dicho riesgo para luego desperdiciar el 90 por ciento de su capacidad potencial.
Sin embargo, relacionado al tema de las capacidades "intelectuales", yo soy más partidario de la involución de las capacidades intelectuales humanas. Un buen ejemplo, es el que muestra al inicio de la película Idiocracia de Mike Judge, creador de las series de televisión Beavis & Butt-head y King of the Hill, la cinta parte del supuesto de en un mundo distópico en el que la selección natural ya no favorece los seres más inteligentes, debido a que se reproducen más aquellos de poca sabiduría. Esto ha resultado en una humanidad idiota, ignorante y retrasada. El film, es una crítica a la sociedad, la cual es presentada como anti-intelectual, insensible al medio ambiente, consumista, obesa, saturada por el marketing, dominada por las grandes corporaciones y fanática de la comida basura.
Diversos estudios y análisis de numerosos exámenes de coeficiente intelectual realizados a habitantes del Reino Unido, Dinamarca y Australia han evidenciado que las personas se volvieron menos inteligentes en la pasada década, bajando más de 1,5 puntos desde 1998.
Según una publicación de 'Daily Mail', los expertos debaten si esta es una tendencia a largo plazo y cuál es su explicación. Una de las teorías más pesimistas indica que la humanidad ya alcanzó el punto más alto de inteligencia a mediados del siglo pasado. El coeficiente intelectual medio en Estados Unidos entre la década de los 30 y los 80 creció casi tres puntos desde el comienzo de la posguerra. Esta misma dinámica, conocida como 'efecto Flynn', se vio en Japón y Dinamarca.
Este progreso se debió al mejoramiento de las condiciones de vida, médicas y nutricionales, además de las educativas. Sin embargo todo lo que sube tiene que bajar, y el efecto Flynn no es una excepción a esta regla, que se observa más notablemente en los países más desarrollados, donde el coeficiente de inteligencia medio empieza a descender. Muchos científicos opinan que una buena y mejor educación pude revertir la tendencia a la baja, aunque otros no comparten ese optimismo.
Algunos incluso relacionan esta tendencia con el hecho de que las personas con un mejor nivel educativo tienen menos hijos que las menos instruidas o inteligentes, de manera que las subsiguientes generaciones están compuestas por más personas menos inteligentes. Una teoría, claro está, no exenta de polémica.
Desde 1950 hasta hoy, el nivel de inteligencia general ha ido en descenso, y se estima que esta dinámica continuará. La comodidad de la población en los países más desarrollados y la facilidad con la que esta tiene acceso a bienes o servicios que hace décadas eran mucho más complicados de conseguir parecen afectar a los humanos. A menos que se produzcan una serie de acontecimientos que obligue a la humanidad a activar su astucia y creatividad, la dinámica a peor no cambiará.
Según una publicación de 'Daily Mail', los expertos debaten si esta es una tendencia a largo plazo y cuál es su explicación. Una de las teorías más pesimistas indica que la humanidad ya alcanzó el punto más alto de inteligencia a mediados del siglo pasado. El coeficiente intelectual medio en Estados Unidos entre la década de los 30 y los 80 creció casi tres puntos desde el comienzo de la posguerra. Esta misma dinámica, conocida como 'efecto Flynn', se vio en Japón y Dinamarca.
Este progreso se debió al mejoramiento de las condiciones de vida, médicas y nutricionales, además de las educativas. Sin embargo todo lo que sube tiene que bajar, y el efecto Flynn no es una excepción a esta regla, que se observa más notablemente en los países más desarrollados, donde el coeficiente de inteligencia medio empieza a descender. Muchos científicos opinan que una buena y mejor educación pude revertir la tendencia a la baja, aunque otros no comparten ese optimismo.
Algunos incluso relacionan esta tendencia con el hecho de que las personas con un mejor nivel educativo tienen menos hijos que las menos instruidas o inteligentes, de manera que las subsiguientes generaciones están compuestas por más personas menos inteligentes. Una teoría, claro está, no exenta de polémica.
Desde 1950 hasta hoy, el nivel de inteligencia general ha ido en descenso, y se estima que esta dinámica continuará. La comodidad de la población en los países más desarrollados y la facilidad con la que esta tiene acceso a bienes o servicios que hace décadas eran mucho más complicados de conseguir parecen afectar a los humanos. A menos que se produzcan una serie de acontecimientos que obligue a la humanidad a activar su astucia y creatividad, la dinámica a peor no cambiará.
Como comentario final, soy de la idea que la dependencia tecnológica potencia que cada día utilicemos menos nuestras capacidades mentales, como la memoria, la escritura (faltas de ortografía), etc.
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