La estrategia perdida


En las Islas Canarias existe el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC) es un tributo estatal de naturaleza indirecta que grava las entregas de bienes y prestaciones de servicios, con carácter oneroso, realizadas por empresarios y profesionales de manera habitual u ocasional, así como las importaciones de bienes cualquiera que sea la condición del importador, realizadas en las islas Canarias, el mar territorial hasta el límite de 12 millas náuticas y el espacio aéreo correspondiente a dicho ámbito. Es como el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) pero con la gran diferencia de establecer unos tipos impositivos menores (tipo del 5% general en contraposición al 18% en península desde el 1 de Julio de 2010) llegando incluso a ser del 0% en determinados bienes y servicios, es decir, es un tributo que se aprueba en las Cortes Españolas pero cuyo ámbito de aplicación territorial se reduce exclusivamente al archipiélago canario cumpliendo una función incentivadora al consumo, generación de empleo y capitalización de las empresas.

Para ser más claros todavía, en Canarias (RUPI) el precio de venta del tabaco es más bajo que en España (Península Ibérica) debido a los impuestos sobre dicho bien, siendo esto en principio una ventaja competitiva de ser una región ultraperiférica frente a la península (es una manera de compensar los desequilibrios económicos de ser una RUPI), pero como siempre los políticos que son más listos que nadie, decidieron el año pasado, imponerle un impuesto canario al tabaco, para llenar las arcas (no pagas el impuesto español, pero cobras uno propio por región autonómica).

En el IGIC se establece diferentes tipos de gravamen:
Tipo cero: 0%
Reducido: 2%
General: 5%
Incrementados: 9% y 13%
Especiales: 20% y 35%

La aplicación del tipo cero permite la deducción del impuesto soportado por el sujeto pasivo en sus adquisiciones de bienes y servicios. Los tipos especiales se aplican a labores de tabaco: el 20% para labores de tabaco negro y el 35% para labores de tabaco rubio y sucedáneos del tabaco.

Lo que los políticos no se esperaban es que a razón de dicho impuesto autonómico, se creará una guerra de precios que hace bajar la recaudación por el tabaco:

“La recaudación líquida del impuesto del tabaco rubio en Canarias descendió en  764.690 euros durante el primer trimestre del año en comparación con el mismo periodo de 2010. Según las cifras publicadas por la Consejería de Economía y Hacienda, el total contabilizado en los tres primeros meses de 2011 fue de 9.205.435 euros (9.205.435 brutos) frente a los 9.970.125 (9.970.125 brutos) de 2010.
Los expertos atribuyen este diferencial negativo a la “ofensiva antitabaco” impulsada por el Gobierno de la nación y a la guerra de precios desatada para compensar precisamente sus efectos sobre el consumo 

“El mercado de tabaco está cayendo dramáticamente en Canarias”, denuncian los representantes del sector. A los los fabricantes, distribuidores y a los propietarios de pequeñas empresas dependientes de las ventas de este producto les preocupa sobremanera los recortes en el valor de esta industria. 

La situación ha ido empeorando desde noviembre, con el detonante del lanzamiento por parte de Imperial de su marca Fortuna (Fortuna Red Line) a un precio recomendado de 0,75 euros la cajetilla, cuando hasta ese momento era de 1,60 euros. Por esas fechas, el Ejecutivo regional terminaba de redactar la nueva Ley de Impuestos sobre las Labores del Tabaco, aprobada en enero por el Parlamento, con un doble  objetivo: mayoritariamente sanitario y secundariamente recaudatorio.

El segmento de marcas muy baratas (por debajo de 1,25 euros la cajetilla) continúa creciendo. Por ejemplo, un consumidor que compre la marca más barata en la Península (3,30) podría adquirir 5 cajetillas en Canarias de la más barata (0,65 euros). Sin embargo, en lo que  respecta a una de las marcas más caras, Marlboro, un consumidor que compre una cajetilla (4,25 euros) no podría hacerse ni con dos cajetillas en Canarias, donde su precio recomendado es de  2,30 euros.

Semejantes circunstancias han derivado en una desestabilización del mercado tal que las compañías se están viendo empujadas a reposicionar sus productos a precios más bajos, a pesar de las pérdidas económicas que esto supone, para intentar al menos no perder cuota. Así está sucediendo con marcas como Winston, Camel, Coronas y Chesterfield. Estas pérdidas generalizadas  no solo afectan a la industria, sino que de manera indirecta a la recaudación del Gobierno de Canarias, que ya nota las consecuencias en sus arcas.

El Impuesto General Indirecto (IGIC) grava el tabaco negro al 20% y el rubio y sucedáneos al 35%. Los tipos especiales de recargo sobre las importaciones efectuadas por comerciantes minoristas son del 2% (tabaco negro) y del 3,5% (rubio).

Paralelamente, la ley del Impuesto sobre las Labores del Tabaco repercute con un aumento  de entre 12 y 15 céntimos en el   precio las cajetillas.
Las expectativas de ingresos  anuales alcanzaban en enero los 34 o 39 millones de euros, cantidad que se incrementaba en 8 millones para las administraciones locales canarias.”

Profundizando en el estudio de caso de una guerra de precios entre las compañías de tabaco:

“Al menos cinco marcas de cigarrillos rubios han bajado sus precios en Canarias desde  la última revisión de los tipos impositivos a las labores del tabaco, aprobada en enero por el Parlamento: Chesterfield, una  media de ocho euros el cartón; dos euros, Philips Morris Passion, Camel y Winston y otros tres euros Coronas, aunque algunas de ellas han ido variado en función de las exigencias del mercado.

Fuera de este grupo se encuentra Fortuna Red Line, una segunda marca lanzada al mercado en los últimos meses de 2010 al precio de referencia de 0,75 céntimos la cajetilla y que actualmente se vende a 0,95 céntimos, lo que supone una diferencia al alza de 20 céntimos.
Mientras, el etiquetado de Fortuna ha pasado del 1,60 euros antes del incremento de  los impuestos a 1,80 euros de ahora: 20 céntimos de más. Siempre según las fuentes del sector consultadas por este periódico, Winston ha vuelto a encarecerse 20 céntimos (de 1,70 a 1,90 euros la cajetilla); Camel, 20 céntimos y Coronas, 30 céntimos, a partir del lunes 2 de mayo.

Con todo, el mercado del tabaco en el Archipiélago es escenario de una soterrada batalla comercial  en la que las distribuidoras luchan por arañar centímetros de un terreno cada vez más menguante por la crisis económica y por las campañas institucionales de protección de la salud pública. No solo los hosteleros echan humo por lo que consideran un perjuicio a su negocio.  Esa tendencia negativa se refleja en la recaudación líquida del impuesto del tabaco rubio, que descendió en 764.690 euros durante el primer trimestre del año en comparación con el mismo periodo de 2010. De los datos de la Consejería de Economía y Hacienda de Canarias se desprende que el total contabilizado, en los tres primeros meses de 2011, fue de 9.205.435 euros (9.205.435 brutos) frente a los 9.970.125 (9.970.125) de 2010.

El Impuesto General Indirecto (IGIC) grava el tabaco negro al 20% y el rubio y sucedáneos al 35%. Los tipos especiales de recargo sobre las importaciones  de minoristas son del 2% (tabaco negro) y del 3,5% (rubio).

El Ejecutivo regional promovió la nueva ley de impuestos con un doble objetivo, el sanitario y el recaudatorio. La normativa repercute con un aumento de entre 12 y 15 céntimos en el precio de las cajetillas. Las expectativas de ingresos anuales alcanzaban en enero los 34 o 39 millones, sin contar los 8 millones para las administraciones locales.

En Canarias actúan cuatro grandes distribuidoras. Philip Morris, la mayor tabaquera del mundo, representa a Marlboro, LM, Chesterfield, Lark y Philips Morris, entre otras marcas.
Imperial Tobacco tiene a Nobel, Fortuna, Fortuna Red Line, Swing y Ducados. A la Japan Tobacco International (JTI) corresponden Camel, Winston, Coronas y Gold Coast. De la British American Tobacco (B.A.T España) son Viceroy, Pall Mall y Lucky Strike.”

Como he señalado reiteradas veces, en tiempos de crisis, que el gobierno juegue a la estrategia de apretar el cinturón nunca da buenos resultados, dicha jugada por parte del Gobierno de Canarias, ha afectado más a la economía en si (los empresarios que comercializan con la venta de tabaco, le ganan mucho menos debido a que los precios de venta han bajado), que los beneficios que esperaban recaudar a través de los impuestos, y si a esto le sumamos la ley antitabaco que saco el gobierno de Zapatero (que como medida sanitaria esta bien) pero como medida económica se ha cargado más el sector de la hostelería y de servicios, al prohibir fumar en lugares públicos, se ha perdido mucha clientela habitual (por ejemplo, los partidos de football antes la gente los veía fuera, ahora prefieren verlos en su casa, ya que se puede fumar en ella).

Para finalizar, les dejo una analogía, sobre el mercado inmobiliario en tiempos de crisis:
Alguien pretende vender su vivienda, dado que hay crisis y los precios se mantienen a la baja castigando el valor, al final el propietario se da por vencido de venderla por el momento, pero se le ocurre alquilarla, supongamos que pretende alquilarla a 600€ mensuales, pero dada la situación, solo puede alquilarla a 400€. Por tanto, se dan dos situaciones:

La primera, donde el propietario es inteligente y cede ante los precios de mercado.

Y, la segunda, donde se monta a su burro y prefiere no alquilar, en este caso pasa lo siguiente:
La vivienda al estar vacía, se deteriora más que siendo habitada (un buen inquilino la mantendrá cuidada, caso contrario si el inquilino es malo, y aparte de no pagarte, te destruye la vivienda, pero es el riesgo latente que siempre estará ahí).
Pero simplemente, pensando en un beneficio económico, que es mejor (o mayor) ganar 0€ o ganar al menos, 4.800€ al año ¿? Tan simple como eso, hay veces que la avaricia en tiempos incorrectos conlleva a la estupidez de la razón económica…

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