Entrevista a José Saramago

Esta entrevista se publico hoy domingo 21 de junio en el Diario de Avisos. La cual comparto con todos ustedes:
José Saramago (Azhinaga, Portugal, 1922), que nos recibe en su casa de Tías el 27 de mayo de 2009, impone. El premio Nobel portugués, que eligió Lanzarote para vivir, está cansado. Una revisión médica es demasiado esfuerzo para un cuerpo de 86 años. La cabeza es otra cosa. A veces, puede incluso con el agotamiento físico. Al contemplar su entereza es imposible desligar la desazón con una enorme admiración, que va dejando paso al disfrute de un cara a cara con Saramago. La vitalidad y la coherencia de este escritor militante, realista y, sobre todo, humano, es una derrota. La cita es en su biblioteca, (¡Qué envidia!), pero acaba desplazándose al salón de su casa -un lugar, quizá más íntimo, pero donde lo cotidiano no consigue que olvidemos la paz y el susurro del perpetuo viento lanzaroteño, que se insinúa por la pequeña claraboya escondida entre las maderas del techo de una construcción donde se esconde toda la luz de la isla de César Manrique.
- Usted se ha subido al carro de las nuevas tecnologías con un blog. ¿Cómo vislumbra el futuro del libro en papel?
"Creo que el libro va a tener una vida larga. Internet es un medio más de comunicación, pero eso no significa que elimine el libro. Puede ocurrir que el libro pierda la función fundamental que tiene ahora, pero no creo que vaya a desaparecer. Y mire, es cierto que tengo un blog, pero también es cierto que este blog se ha transformado en libro. Entonces, no hay ninguna incompatibilidad. Por otra parte, nadie podrá decir que ahora se está leyendo menos, al contrario. Se está leyendo más. Las grandes lectoras hoy son las mujeres, no tengo ninguna duda de eso. Los hombres siempre buscan y encuentran motivos para no leer como el fútbol o la cerveza, mientras que vosotras estáis leyendo mucho. Aquí hay un grupo de mujeres, unas 30 y no sé cuántas, que se están reuniendo periódicamente para hablar de los libros que están leyendo".
- ¿Y con respecto al periodismo?
"En realidad yo no he sido nunca un periodista. He trabajado en periódicos. He sido editorialista de un periódico y de un suplemento cultural. No he hecho nunca una entrevista, no he hecho nunca un reportaje, no he hecho nunca una simple noticia. Es decir, entré en el periódico por la puerta de la dirección y no por la puerta de la redacción".
- Más por la puerta de la opinión
"Más como comentarista de opinión".
- ¿Usted cree en la imparcialidad del periodista?
"No hay imparcialidad en el periodismo ni en la vida. ¿Qué es lo que significa neutral? Y si no fuera así, nosotros no escribiríamos como lo hacemos, con el riesgo de equivocarnos. Los periódicos tienen tendencias políticas e ideológicas que a veces coincide con el pensamiento del periodista".
- Dado su comunismo confeso ¿cómo analiza la crisis actual?
"He dicho muchas veces que Marx no ha tenido y nunca tendrá la razón. Pero para el avance de los sistemas económicos e ideológicos fue fundamental el trabajo de Karl Marx. El problema de la izquierda es que no tiene ideas. Tiene tan pocas que cuando la crisis se presentó, se dieron cuenta que no tenía ningún análisis en ninguna parte del mundo. Claro, habría que preguntarse qué es la izquierda hoy".
- Y si existe
"Si nos atenemos a lo que hay… No hay una producción de debates, ni leyes ni progreso, estamos viviendo un tiempo en que ya no está. En todo el mundo, los partidos comunistas, que aún así son los que pueden reclamar la izquierda porque los partidos socialistas han entrado en operaciones cosméticas y cambiaron de nombre , no tienen respuestas. Hubo un tiempo en que yo creía en la izquierda pero ya no. Hoy no hay izquierda ni derecha, prácticamente todo es centro. Los dicursos son los mismos. En La sagrada familia de Karl Marx y Engels hay una frase que para mí es fundamental: ’si el hombre es formado por las circunstancias, entonces hay que formar las circunstancias humanamente’. ¿Cuándo ocurrió esto?, nunca o casi nunca. Y cuando ocurrió, fue una especie de milagro que se fragmentó rápidamente por una razón muy sencilla que no podemos olvidar nunca: que los intereses personales son los que mueven el mundo. Un hombre que quiere tener lo que el vecino ya lo tiene. Si el vecino ya lo tiene y yo no lo tengo vienen los problemas. Sin olvidar la corrupción".
- ¿Cree usted que son los políticos los que mandan realmente o la cúpula financiera?
"Suponiendo que son las multinacionales, las grandes entidades económicas y financieras, siempre necesitan hombres a mano y son ellos los que están ahí dispuestos. Los hombres elegidos a través del voto. Es lo que está pasado aquí y pasaría en cualquier lugar de las Islas, si la policía mañana decide también actuar porque la corrupción está instalada en todas partes".
- ¿Las nuevas tecnologías pueden ayudarnos a cambiar el mundo? ¿Podemos, aunque sea un tópico, esperar una revolución?
"No lo veo. En un principio parece que tenemos la obligación todos, entrevistadores y entrevistados, de decir sí, que algo va a cambiar. Pero no creo que la gente sea capaz de decidir lo que es justo. Un ejemplo es lo que ocurre aquí, en Lanzarote, con Dimas Martín. Todo el mundo sabe que es un corrupto, que es un estafador y sigue teniendo un apoyo electoral que le permite incluso un acuerdo de gobierno con el PSOE. Es lo que ocurre. Hay que decir a la gente que está muy equivocada, porque el señor Dimas Martín pasó por allí y prometió muchas cosas y la gente lo creyó y sigue votando".
- Pero es la forma en la que la ciudadanía participa en las decisiones, eligiendo en las urnas...
"Esta participación es muy bonita en teoría, pero para participar realmente se necesita tiempo y ¿la gente está dispuesta a dar una parte importante de su tiempo para la intervención política? No, no está dispuesta. Y entrega todo a manos de los políticos que hacen lo que quieren".
- Hablando de políticos ¿usted cree en los líderes? Por ejemplo, ¿qué le parece Obama?
"Yo no creo en él. Obama no es un líder, no se presenta como líder. Se presentó como alguien diferente y las televisiones han hecho de él un líder. Pero con el tiempo tengo alguna esperanza en que se consolide. Ahora, un señor que entra en la vida política para ser un líder debe estar preocupado sobre todo por su interés. Todos dicen: ’Yo no entro a la política para forrarme’. y se forran".
- Hay quienes se forran de la política y hay quienes llegan a ella después de forrarse como es el caso de Berlusconi...
"Berlusconi es un payaso. Con la capacidad de ser de un pueblo cuya mitad son también payasos. La mitad del electorado italiano se compone de unos cuantos millones de pequeños berlusconis y los otros les gustaría serlo. Por eso se mantiene este hombre y si mañana hay unas elecciones en Italia, vuelve a ganar él. Su pueblo es así. Ah... es que el pueblo siempre tiene razón. No. El pueblo no siempre tiene razón y hay que decirles que están equivocados, gravemente equivocados. Se dejó llevar por el egoísmo, por la codicia. Eso es lo que ocurre aquí. Y si alguien se para a decirle esto no está bien, le llaman de todo, como han hecho aquí".
- Sin embargo, en España parece que le han tratado mejor que en Portugal, donde no apoyaron su obra literaria.
"No. Yo tuve un problema en Portugal. A lo mejor otros no deberían haber dejado el país y yo lo he hecho y no estoy nada arrepentido. Pero mi enfado no fue con Portugal, fue con el gobierno de Portugal, no es lo mismo. Sigo manteniendo relación con ellos, voy varios meses al año, pago mis impuestos allí, con gran irritación del Gobierno de las Islas Canarias, con el que llevamos cuatro años de lucha".

- ¿Qué opinión le merecen Chávez y Lula en América Latina?
"Bueno. Están acostumbrados a los regímenes totalitarios en América. Ahora parece que hay una corriente de aire fresco que coincidió con cierto abandono por parte de Estados Unidos. No entiendo cómo se le llama América Latina, ni siquiera Iberoamérica, creo que es más América del Sur. Si le pregunta a un Mapuche si se siente iberoamericano, le dirá que no. Estas denominaciones proceden del colonialistmo. Pero respecto a los que está pasando en América del Sur, creo que el mundo va cambiando. Ya no se ve bien una dictadura y algunos países se aproximan a la democracia. Que funciona, no. No estoy tan seguro de que funcione bien. Chávez, por ejemplo, convoca elecciones, referendos, pero no son transparentes. Las opresiones tienen que acabarse dentro de unos años. Ejerce un poder que no se satisface, por tanto parece lógico apoyar a la oposición . Pues no siempre es así. Chávez tuvo la ingenuidad de creer que la bonanza económica le duraría siempre. La subida del crudo puede convertirse en una fábrica de dinero, pero no ha sido así".
- Viviendo en Lanzarote, ¿ha visto alguna vez una patera?
"No. No la he visto".
- ¿Qué opinión le merece la actitud paternalista que se emplea aquí cuando llega la patera?
"Pienso que esto es algo complicado. No lo llamaría paternalismo. Llegan personas que se agarran a la vida y otros se habrán quedado en el camino. España, particularmente en la acogida, lo está haciendo quizá mejor que otros países de Europa. No tengo la sensación de que la expulsión pueda ser deshumanizadora. Canarias, incluso España, no puede acomodar toda la inmigración clandestina. Qué puede hacer con ella. No hay trabajo para todos. La inmigración clandestina en el fondo no busca enraizarse en Canarias. Quiere llegar a Europa".
- ¿Hasta qué punto tiene responsabilidad Europa de la situación que atraviesa África?
"Bueno, África. Nos solemos encontrar información de los problemas que tienen. La hambruna, la pobreza, las enfermedades… Nosotros, los blancos, con mala conciencia, quisimos hacer olvidar a los africanos los males del colonialismo y sembramos la corrupción al destinar millones y millones de dólares sin control a esos países. Por otro lado, África se convirtió en un espacio donde los enfrentamientos y la guerra siguen. Y todo eso que en las manos de los políticos de turno. Nada llegó a la gente que vive en las mismas circunstancias que antes".
- De su estilo literario se ha dicho que "muestra una enorme preocupación ética, que se plasma a través de una estética cuidada". Sin embargo, ¿no cree que por encima de todo eso habría que destacar que su obra desprende un enorme amor hacia las letras y, sobre todo, un gran compromiso social?
"Sí pero bueno. ¿Qué es estar comprometido? No conozco ningún escritor o escritora que nadie diga que no se comprometía con la palabra. Los escritores que se comprometen se reconocen, son conocidos, pero tampoco pretendo que se me reconozca por mi compromiso".
- Sus textos han sido llevados al ámbito de la música y el cine. Al ver el resultado, ¿cree que su trabajo ha quedado enriquecido cuando lo usan otros lenguajes?
"Yo no voy por ahí buscando un cantautor o un director para que revisen lo que he hecho. Son ellos los que vienen y si lo hacen es porque algún motivo han visto en mi obra. Me gusta mucho proporcionar que alguien pueda cantar mi trabajo o representar una ópera. Pero yo lo veo como algo que ya no me pertenece; lo que me pertenece es el texto que yo he escrito. Ese es mío, pero la transcripción a otras formas ya sea el cine o la música, constituye un añadido que hace de lo que yo he hecho otra cosa. Que puede ser buena, que puede ser magnífica, pero es otra cosa. No soy autor. El determinar si la obra es mejor que la película o la adaptación cinematográfica mejor que el propio libro es una pérdida de tiempo. Son dos formas de entender una misma historia, dos formas completamente distintas de narrar y lo que importa es ver si está bien cómo lo hace y qué es lo que está bien hecho".

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