George Akerlof, Michael Spence, y Joseph Stiglitz (Premios Nobel de Economía 2001)

En el año 2001, el Premio Nobel de Economía fue para George Akerlof, Michael Spence, y Joseph Stiglitz por su contribución al análisis de los mercados con información asimétrica.

Akerlof mostró como se distorsionan los precios en un mercado con presencia de información asimétrica, aparece el riesgo moral y la selección adversa. Spence, a través de un modelo de señalización de la educación, muestra los efectos de las asimetrías informativas en los mercados laborales, finalmente Stiglitz muestra los efectos de las distorsiones en los puntos de equilibrio causadas por la presencia de información asimétrica en los mercados de crédito.

Estos 3 autores, son los culpables de que me haya adentrado al análisis y estudio de la Economía de la Información, aprendiendo aplicaciones de Teoría de Juegos, Mecanismos de Incentivo, por mencionar algunas aplicaciones de corte microeconómico.

Aquí les dejo una parte presentada en un artículo sobre estos tres Premios Nobel y sus artículos:

Los problemas de información asimétrica entre el principal y el agente originan costes de información al aparecer problemas de riesgo moral y de selección adversa. El primero, tal y como lo demostró Akerlof (1970), surge cuando los agentes pueden modificar las probabilidades de los diferentes resultados de sus acciones. La selección adversa aparece cuando el principal se enfrenta a una multitud de agentes con características distintas conocidas por ellos mismos, pero que no son observables por los demás.

Si quieres saber más sobre el mercado propuesto por Akerlof, véase: Los mercados paralelos: El caso de los mercados de automóviles.

En el mercado laboral, donde la señalización funciona como mecanismo de protección ante la selección adversa creada por la existencia de asimetrías en la información, Spence (1973) muestra que si el agente emite una señal favorable, el principal estará interesado en ofrecer un contrato con unas condiciones o características más favorables del que ofrecería si la información no fuese asimétrica.

Por su parte Rothschild y Stiglitz (1976), basándose en los trabajos de Akerlof y Spence, estudian el mercado de seguros donde combinan el riesgo moral y la selección adversa, que aparecen antes de la firma del contrato, distinguiendo dos tipos de equilibrio: agrupador y separador.
En el equilibrio agrupador, todos los individuos adquieren el mismo seguro, mientras que en el equilibrio separador, los individuos compran diferentes contratos. En un mercado con información asimétrica el equilibrio agrupador no existe, ya que la aseguradora es neutral al riesgo y asegurará a todos sus clientes, pero la cantidad que les cobra depende de la probabilidad de tener o no un accidente, y ésta es distinta para cada uno de los asegurados. Por lo tanto, si es mayor el número de individuos de bajo riesgo de accidente que los de alto riesgo, no existirá equilibrio.
Concluyen que en caso de existir equilibrio en el mercado de seguros, éste sería del tipo separador, donde las compañías asegurarán a los individuos de alto riesgo, a un precio muy alto, mientras que el contrato de los de baja calidad, será más barato, pero incluirá un descuento a pagar en caso de accidente. Dicho resultado implica que los contratos de los individuos con un alto riesgo sean eficientes, mientras que los contratos de los de bajo riesgo no lo sean, ya que el contrato de equilibrio que se les ofrece está distorsionado para impedir que los individuos de alto riesgo lo elijan.

Texto extraído de:
Zorrilla Salgador, Juan Pablo y Rodríguez Brito, Mª Gracia (2006). Comunicación: Contratos financieros con información asimétrica: Teoría y evidencia empírica. XX Reunión Anual ASEPELT, celebrado en La Laguna (España) el 24 de Junio de 2006.

Bibliografías:

Nobel Lecture

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué significan los números en el triángulo de reciclaje de los plásticos?

Metallica versus Megadeth ¿quien es mejor? la estadística nos da la respuesta

Los programas más usados por economistas